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sábado, 31 de agosto de 2019

La izquierda y la falacia de la legalidad



El PRD a diferencia de Morena o de cualquier otro partido político, como en su momento lo fue el PES o el Humanista, nunca ha sabido construir un partido político.
Adquirieron su registro, no por méritos, sino por herencia.
A raíz de la primera asamblea de Futuro 21, muchos perredistas hablan de defender su nombre e identidad, pero la verdad de las cosas, es que desconocen la historia de la democracia mexicana.
En 1979 tras sesenta años de vida clandestina, el Partido Comunista Mexicano, logró su registro y su reconocimiento oficial como partido político. Dicho cambio fue tan trascendental que por eso en 1981, cambió de denominación a Partido Socialista Unificado de México. (PSUM).
En verdad que los “comunistas mexicanos”, nunca pudieron ponerse de acuerdo, durante esos sesenta años de existencia, por un momento eran estalinistas y en otros momentos, brincaron hasta hacerse gobiernistas (priistas) con Lázaro Cárdenas, hasta incursionar algunos de sus cuadros en la guerrilla. Haber aceptado su incorporación en la vida legal y con ello la amnistía y el financiamiento público que le otorgó el régimen priísta, fue sin duda alguna, una decisión trascendental que se reflejó al haber cambiado de denominación de PCM a PSUM.
Aún así el PSUM logró en la elección presidencial de 1982 constituirse como la tercera fuerza política. Sin embargo, cierto fue, que nunca logró este partido unificar a la totalidad de la izquierda mexicana, pues existían los socialistas trotskistas que encabezaban el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), así como los socialistas colaboracionistas del gobierno, como lo fueron el Partido Popular Socialista (PPS) de Lombardo Toledano y el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) de Rafael Aguilar Talamantes. (Llamados estos últimos en forma despectiva como “paleros” o “satélites”).
El PSUM cargo con su pasado estalinista y su indefinición subordinada al expresidente Lázaro Cárdenas, el cual por cierto, siempre se subordinó este, al partido oficial, el Revolucionario Institucional PRI.
Es hora que vayan aceptando, que Lázaro Cárdenas, tampoco se definió ideológicamente, siempre fue, un priista hasta el último día de su vida.
Por eso, la aparición del Partido Mexicano de los Trabajadores, el PMT, en 1984, constituyó el nacimiento de un auténtico y verdadero partido político de oposición bajo el liderazgo del profesor Heberto Castillo, partido político que además, nunca se definió como socialista, aún pese que muchos de sus integrantes, provenían de esas viejas filas del socialismo opositor al régimen.
La fusión entre el PSUM y el PMT en 1987, para dar origen al Partido Mexicano Socialista, el PMS; fue un acto histórico que pudo consolidarse por primera vez en la historia, con un movimiento político popular e ideológico en todo el pais, que se manifestó con la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas, logrando con ello la tan anhelada “unificación de la izquierda”.
Fue en este periodo, en que la “izquierda colaboracionista” del PPS y PST, logró unificarse con esa “izquierda opositora” al gobierno el PMS.
Sin embargo, el fraude electoral de 1988 colocó a éste movimiento en una disyuntiva, la visión del Frente - que proponía Aguilar Talamantes donde cada partido político seguiría existiendo - o bien, la visión de la creación de un solo partido político unificado de todas las izquierdas, que propuso Cuauhtémoc Cárdenas.
En ese entonces, aún no se tenía una visión clara del fenómeno de la globalización y de la revolución informática, que se manifestaría en los próximos años.
Así las cosas, a la convocatoria de Cuauhtémoc Cárdenas, solo respondió satisfactoriamente el PMS, mientras que el PPS y PST (llamado en aquel entonces “Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional PFCRN), no aceptaron unificarse.
En 1989, el PMS cede su registro, dando origen al Partido de la Revolución Demócrata (PRD). Mientras que el PPS y el PFCRN a la postre, perdieron su registro.
El PRD se asimiló como un partido social demócrata, pero no socialista, inclusive, se identificó como un partido de izquierda opositor al régimen y si bien, logró unificar a muchos movimientos políticos y sociales, cierto también fue, que nunca pudo construir durante toda su existencia, un discurso y una propuesta, que lograra definir su visión del país y del mundo cambiante que hoy tenemos.
El PRD no solamente careció de ideología, a diferencia de los viejos marxistas del PCM, sino que se convirtió en un aparato al servicio del Caudillo en turno, primero del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y después del hoy presidente Andrés López; logrando convertirse también en un partido vulgarmente pragmático que logró derrotar al PRI en varios estados de la República, para dar origen, a gobiernos iguales o peores de los que en su momento, combatió.
El PRD nunca logró construir una ideología que explicara la caída del muro de Berlín, ni la caída del socialismo, ni logró dar definiciones claras respecto a los gobiernos dictatoriales de Cuba, Venezuela y Corea. Se dijo siempre un “partido de izquierda”, pero sin explicar su visión ideológica de izquierda, ni tampoco su actitud colaboracionista con el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El llamado “Pacto por Mexico” fue su mejor acierto, pero paradójicamente, su falta de certeza, de seguridad, de manifiesta tibieza, lo convirtió en su peor lastre. Su falta de definición ideológica, no le permitió defender el proyecto del país que se ganó y el que se perdió.
El PRD es ahora, un partido que no tiene pies ni cabeza, nunca les preocupó formar un proyecto, se volvió igual de aberrante y grotesco, que terminó corrompiéndose, tan pronto aprendió de las mieles que otorga el poder público. Un partido al servicio del cacique o del gobernador en turno, de quien les pudiera garantizar el acceso a los privilegios del poder público. Del Financiamiento público, de los cargos públicos, de los contratos de adquisiciones u obra pública con el gobierno.
Contar con los recursos del gobierno más próspero de la República Mexicana, la Ciudad de México, fue lo que termino para ese partido, en generar su propia crisis y destrucción. ¡El PRD por lo tanto, debe y merece morir!.
La responsabilidad histórica que tiene ahora el PRD es ceder ese registro, que en su momento cedió el PSUM, el PMT y el PMS; para que rescatando su vocación democrática, pueda incorporar en un nuevo proyecto, que sea opositor a la amenaza autoritaria presidencialista de Andrés López y su poderoso partido Morena.
¡Pero no creo que lo haga!.. No lo harán, porque no tienen visión ideológica, porque sus miembros, siguen atados a su basura ideológica de sentirse nacionalistas, de izquierda y hasta socialistas, cuando las condiciones del mundo y del país, son otras, son diferentes, no las entienden y lo que fue peor, nunca hicieron nada para entenderlas.
El éxito de Morena - el nuevo PRI - fue precisamente, que el PRD nunca pudo estar a la altura de la historia.
Si el PRD no logra reinventarse, empezando por cambiar su nombre y sus colores, definiendo sus posturas, es evidente, que su desaparición para el 2021 es segura.
Y entonces, de nada habrá servido la lucha democrática de más de cien años, que llevaron a cabo miles de ciudadanos que enarbolaron la lucha por la igualdad y la democracia.
Al final de cuentas, el PRI ganó .... y lo que es peor, ... ¡seguirá ganando!.
Fin del comunicado.

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