A las cero horas de este viernes uno de marzo, el Brujo Mayor de Catemaco, Enrique Martén Bardón, inició la celebración de una misa negra
CATEMACO, Ver.- A las cero horas de este viernes uno de marzo, el Brujo Mayor de Catemaco, Enrique Martén Bardón, inició la celebración de una misa negra en honor de Luzbel.
Contrariamente a lo que se piensa, dijo en la presentación, Luzbel es un ser bello y en días como hoy se le debe rendir tributo y recordar que en todo momento está entre los seres humanos.
En el escenario en donde se realizó la misa negra había una estrella de cinco picos al centro rodeada de decenas de velas. Ahí mismo, siete jóvenes bailaron diversas danzas en honor al Ángel Caído y el ambiente se tornó pesado por el intenso olor a incienso.
Mientras esto ocurría, el Brujo Mayor contemplaba a un lado de un enorme círculo la escena y una leve sonrisa se dibujaba en su rostro al tiempo que acariciaba una serpiente.
En el clímax de la misa, el Brujo Mayor, acompañado de varios brujos más, sacrificó a un chivo negro, representación en la Tierra de Luzbel, ante los atónitos espectadores.
El sacrificio se realizó sobre uno de los brujos participantes en la misa negra, fueron minutos de angustia porque el animal chillaba por su vida. Posteriormente, la sangre del chivo fue repartida entre quienes quisieron beberla, también la cabeza del chivo circuló entre los presentes "para tocar su sangre y recibir los favores solicitados".
Para este momento de la misa, el ambiente era sumamente denso.
Para finalizar la misa negra, el Brujo Mayor agradeció la presencia de los asistentes recordándoles que Luzbel debe ser adorado no solamente en este día sino todo el año. "Queremos que vengan todas las veces que lo deseen para que honren y quieran al Señor de la Tierra", aseveró.
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