La directiva de la tecnológica prepara una lista de menos de seis postulantes para ocupar el puesto de CEO, los cuales son de los ejecutivos más experimentados del mundo empresarial.
Uber Technologies les ha echado el ojo a los máximos responsables más experimentados del mundo empresarial para cubrir el vacío de liderazgo que dejó el alejamiento de su cofundador, Travis Kalanick.
Candidatos para el puesto de máxima responsabilidad en Uber, como Jeffrey Immelt, deben ser capaces de restablecer la confianza en la compañía de viajes en automóviles privados después de meses de polémica.
Immelt, el máximo responsable saliente de General Electric, está entre los seis finalistas susceptibles de dirigir Uber y preparar a la empresa para una salida a bolsa, dijeron personas al tanto del tema.
La compañía viene trabajando para reducir la lista y nombrar al sucesor de Kalanick, que fue expulsado bajo la presión de algunos de los principales inversores de la compañía el mes pasado.
Meg Whitman, primera ejecutiva de Hewlett Packard, también había sido tenida en cuenta, pero retiró públicamente su nombre el jueves por la noche, diciendo que los rumores de un posible cambio habían sido una distracción.
La junta directiva de Uber se reunió el jueves por la noche para debatir la búsqueda y otras cuestiones, dijo una de las personas, que pidió no ser identificada dado que el asunto es privado. La compañía con sede en San Francisco espera nombrar a un sucesor de Kalanick a comienzos de septiembre. GE y Uber rehusaron hacer declaraciones.
Está previsto que Immelt, de 61 años, abandone la semana próxima el puesto de máximo responsable que ha mantenido en GE desde 2001. Asumirá John Flannery, veterano de 30 años en GE, en tanto Immelt seguirá siendo presidente hasta fin de año.
Immelt ha acogido a Silicon Valley en los últimos años, con el lanzamiento en 2015 de una división digital gracias a la cual GE podría estar, dijo, entre las 10 mejores compañías de software para el final de la década.
Ha tratado de incorporar estrategias de empresa emergente al monstruo fabril y GE adoptó incluso el lema “la compañía industrial digital”.
No obstante, las acciones de GE cayeron aproximadamente un tercio durante la gestión de Immelt en tanto tuvo dificultades para conquistar los galardones ganados por su predecesor, Jack Welch.
Si bien Immelt fue elogiado por redefinir drásticamente al fabricante, deshaciéndose incluso de la mayor parte de su volátil negocio financiero, enfrentó críticas por reducir los dividendos de los accionistas en 2009 y pagar excesivamente por algunas adquisiciones.
Los inversores en la compañía de viajes en vehículos privados de capital cerrado han presentado sus quejas contra Kalanick, por las restricciones sobre sus acciones y por adquisiciones cuestionables.
El exmáximo responsable hizo que a todos les resultara extremadamente difícil vender sus participaciones y pagó 680 millones de dólares en acciones por Otto, una empresa emergente autónoma de transporte, en un acuerdo que atrajo enseguida una demanda por secretos comerciales de Waymo, de Alphabet (Google).
Los inversores que presionaron a Kalanick para que dimitiera, encabezados por la firma de capital riesgo Benchmark, mencionaron el juicio entre los riesgos legales a los que expuso a la empresa durante su gestión, dijeron personas al tanto de la situación.
El nuevo responsable heredará una larga lista de problemas, muchos de los cuales causaron molestias durante años pero que llegaron a un punto crítico en los últimos meses.
Las sensibilidades estilo Ayn Rand ferozmente capitalistas de Uber crearon una marca que resulta difícil de querer y crearon una oportunidad para alternativas más accesibles, como su rival nacional Lyft.
La política pasó a ser un pasivo cuando Kalanick se incorporó al consejo asesor empresarial del presidente estadounidense Donald Trump, lo cual impulsó un boicot.
Uber atravesó una crisis interna tras acusaciones de acoso sexual y discriminación por parte de los empleados. La compañía contrató bufetes de abogados para que investigasen el asunto y acabó despidiendo a 20 trabajadores.
El Departamento de Justicia estadounidense inició una investigación aparte por el uso del software llamado Greyball por parte de Uber para ayudar a los conductores a eludir a las fuerzas policiales.
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