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lunes, 17 de abril de 2017

No basta con crear empleos

Los trabajadores inscritos en el IMSS fueron 377 mil 402 más durante los primeros tres meses del año, una cifra sin precedente.

La tasa anual de crecimiento del empleo formal para marzo fue de 4.6 por ciento, cifra que duplica el ritmo que se espera haya tenido la economía en ese periodo.

Precisamente por esa razón es que fue desconcertante el dato del crecimiento real de las ventas de las tiendas agrupadas en la ANTAD en marzo. Ayer se dio a conocer que a unidades iguales (para hacer comparativos los datos) el crecimiento fue de 3.1 por ciento.

Con una inflación de 5.3 por ciento a tasa anual, este dato equivale a una caída de 2.0 por ciento en términos reales.

¿Cómo hacer consistentes los datos del crecimiento del empleo formal con el pobre desempeño de las ventas del comercio moderno, que es el agrupado en la ANTAD?

Creo que las explicaciones pueden ir en dos sentidos.

El primero tiene que ver con el hecho de que los salarios reales de los trabajadores del sector formal de la economía vienen a la baja.

El crecimiento nominal está un 4.3 por ciento anual. Pero con la tasa de inflación que referíamos antes, hay una caída real de los salarios de los afiliados al IMSS, de 0.95 por ciento.

De hecho, si en lugar de usar la inflación promedio, consideramos el incremento de los precios de la canasta básica, que según el Inegi fue de 7.84 por ciento a tasa anual en marzo, entonces, en términos del poder de compra de la canasta básica, los salarios del sector formal cayeron en 3.3 por ciento.

El segundo es el efecto rezagado del deterioro de las expectativas del consumidor que se dio en enero. La confianza de los consumidores tuvo en el primer mes del año una drástica caída de 17 por ciento respecto a diciembre. Aunque en febrero y marzo se recuperó parcialmente, sigue todavía 4.1 por ciento por abajo del nivel que tenía en diciembre.

Es probable que este cambio de expectativas de los consumidores haya influido negativamente en las decisiones de compra realizadas en marzo.

Hay que tomar en cuenta también que se han creado más empleos de salarios bajos. De acuerdo con los datos del IMSS, los trabajadores que ganaban de uno a tres salarios mínimos representaban en 2012 el 55.9 por ciento del total. Esa proporción subió a 57.8 por ciento en febrero pasado.

Aunque la variación es relativamente menor, refleja un cambio de tendencia pues, por ejemplo, esa proporción que era de 62.8 en el año 2000 había bajado siete puntos para 2012.

La creación de más empleos ya no es suficiente para dinamizar la economía y el mercado interno. Se requiere ahora la creación de más y mejores empleos.

Y aquí hay dos componentes a considerar. El primero es un crecimiento de la productividad de las pequeñas unidades económicas, que son las que dan empleo a la mayoría de los trabajadores. Empresas más productivas usualmente conducen a salarios mayores.

El segundo es eliminar en definitiva de la política pública en materia de salarios –como de hecho ya empezó a ocurrir– la función de dique a la inflación, que había tenido en México por años.

Tener un mercado interno robusto que sea un amortiguador frente a la inestabilidad del exterior, requiere ahora más que sólo crear empleos.

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