El Papa Francisco vendrá a México el próximo 12 de febrero de 2016 por la tarde y concluiría su visita el 20 de ese mismo mes, anunció el Cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México durante la homilía dominical.
Al dar detalles del Sínodo sobre la Familia que se celebró en Roma, en torno al Papa Francisco, el Cardenal Rivera Carrera destacó la convicción de la Iglesia para abrir los caminos posibles que permitan a los matrimonios de católicos divorciados y vueltos a casar por lo civil integrarse a Cristo y a su Iglesia.
Expresó que los pastores católicos trabajarán para que toda persona, independientemente de su inclinación sexual, sea respetada en su dignidad, sean recibidas con respeto y se evite cualquier indicio de discriminación.
Sin embargo, reiteró que para la Iglesia no existe fundamento alguno, ni siquiera remoto, para declarar o establecer analogías de las uniones homosexuales, para ser consideradas como matrimonio.
Dijo a la feligresía que asistió a la misa de ayer domingo en la Catedral Metropolitana que durante tres semanas, los obispos de todo el mundo asistieron al Sínodo sobre la Familia que se llevó a cabo en Roma, en torno al Papa Francisco.
En este sínodo se tuvo presente a las familias de todo el mundo, con sus gozos y esperanzas, con sus tristezas y sus angustias, dijo Rivera Carrera al señalar que los obispos analizaron la fidelidad con que tantas familias viven su vocación, pese a tantos obstáculos, problemas incomprensiones y sufrimientos.
Incluso señaló: "muchas familias son heroicas viviendo su vida familiar".
El Cardenal Rivera indicó que el proyecto de Dios no cambia y Dios hizo al hombre y a la mujer en una unión indisoluble, no sólo para que vivan juntos, sino para que se amen para siempre y estén abiertos a la vida. "Sabemos que este proyecto no es fácil y que el hombre por sí solo no puede y necesita la ayuda de Dios", apuntó.
Pero indicó que el matrimonio y la familia no son realidades abstractas, por lo que "nuestra responsabilidad como pastores es preocuparnos más y ocuparnos de todas las familias, cualquiera que sea su situación".
Y agregó, que "debemos acercarnos a la realidad que vivan y descubrir los desafíos que enfrentan y acompañarlas con la actitud del Buen Pastor dándoles fortaleza y esperanza a partir de la misericordia de Dios".
Por ello, indicó que a partir de los matrimonios de los católicos divorciados y vueltos a casar por lo civil, y que evidentemente siguen perteneciendo a la Iglesia "no nos debemos quedar en posturas reduccionistas de que sí pueden o no pueden comulgar".
"Debemos abrir los caminos para que se puedan integrar a Cristo y a su Iglesia y así recorrer el camino de la santidad. El problema no es si comulgan o no comulgan. La realidad es mucho más amplia", manifestó el arzobispo primado de México.
"Si el hombre es infiel, Dios es siempre fiel y misericordioso y siempre está esperando a aquellas personas que fracasan en su matrimonio, consciente que Dios quiere que todos los hombres se salven", explicó.
Asimismo, dijo que los pastores de la Iglesia deben trabajar para que toda persona, independientemente de su inclinación sexual sea respetada en su dignidad sin discriminación.
"La Iglesia debe acompañar con delicadeza a las familias y a los miembros de aquella familia que tienen una orientación o tendencia homosexual", indicó Rivera Carrera.
Sin embargo, dejó en claro que la Iglesia "debe declararse que no existe fundamento alguno, ni siquiera remoto, para declarar o establecer analogías de la unión homosexual para que se considere matrimonio. No hay ningún fundamento, ninguna razón para considerar estas uniones matrimonio", recalcó.
Durante la misa dominical, la feligresía pidió por las familias de las personas que fallecieron víctimas del accidente aéreo de Sinaí, Egipto.
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