SALVADOR CAMARENA
Al arranque de este gobierno, colaboradores del presidente Enrique Peña Nieto contaban que durante la transición pidieron a Felipe Calderón asistir a una reunión sobre seguridad. Lo que vieron en esa ocasión les habría servido, según esa versión, para diagnosticar que el problema del combate a la delincuencia organizada era la falta de coordinación en el gabinete del panista, y de éste con otros niveles de gobierno.
Comenzó la administración, y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, explicó a diestra y siniestra que el gabinete de Seguridad sería efectivo porque no habría pugnas internas, estaría coordinado (por él), y que el gobierno de la República sabría trabajar con los ejecutivos estatales porque él, exgobernador como es, sabía lo que en el sexenio anterior no se había hecho para, otra vez, coordinarse efectivamente con las entidades.
¿Tres años después en dónde estamos?
Algo pasó que la “coordinación” en el gabinete y con las entidades no sirvió para prevenir el incendio de Michoacán durante 2013 y 2014.
Algo pasó que la “coordinación” en el gabinete y con las entidades no ha servido para entender cómo parar la violencia en Guerrero, que está peor que nunca.
Algo pasó que la “coordinación” en el gabinete y con las entidades no fue efectiva a la hora de anticipar el (intacto) poderío desarrollado en Jalisco por el Cártel Jalisco Nueva Generación y su brutal cacería de funcionarios públicos en aquella entidad.
Algo pasó que la “coordinación” en el gabinete y con las entidades no pudo evitar que éxitos en el descabezamiento de algunas bandas criminales trajeran como secuela que delincuentes de esas organizaciones se volvieran el azote de poblaciones enteras (leer el reportaje de ayer en The New York Times http://nyti.ms/1DOhqGI)
En el mismo sentido, algo pasó que la “coordinación” en el gabinete y con las entidades no dotó a algunos estados de defensas para frenar el embate de bandas dedicadas al robo de combustible, que tras haber sufrido golpes por parte del gobierno se han convertido en secuestradores. Ciudadanos de entidades como Tabasco han quedado en el peor escenario posible: a merced de improvisados plagiarios sedientos de recursos.
Algo pasó que la “coordinación” en el gabinete y con las entidades no ha producido, de manera notable, policías estatales más efectivas a nivel nacional.
Algo pasó que la “coordinación” en el gabinete y con las entidades tuvo como una consecuencia un incremento en el índice de letalidad de la Policía Federal (http://www.ejecentral.com.mx/policia-federal-mas-letal/).
Algo pasó en la “coordinación” en el gabinete y con las entidades que, así como en el sexenio pasado tuvimos que aprendernos nombres de masacres como las de San Fernando, Villas de Salvárcar o el Casino Royale, en esta administración han habido también tragedias mayúsculas como la de los estudiantes de Ayotzinapa, y escenarios de violaciones de derechos humanos como Tlatlaya y Calera, Zacatecas.
Algo pasó con la “coordinación” en el gabinete y con las entidades que la supuesta nueva estrategia nomás no sirve para explicar pronta y satisfactoriamente masacres como la de Tanhuato y Apatzingán.
Algo pasó que la “coordinación” en el gabinete y con las entidades no puede evitar que esa infamia que mata periodistas en Veracruz siga y siga.
Y, por supuesto, algo muy grave pasó que la “coordinación” en el gabinete y con las entidades no pudo evitar el fiasco, que no se olvida, de la fuga de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, de un penal que se presumía de alta seguridad.
¿Hora de revisar la “coordinación” y al autor de la misma?
Directorio
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario