Por Enrique Quintana
Anteayer comenté en este espacio lo que ocurrió con las devaluaciones de nuestra moneda frente al dólar desde que el 17 de abril de 1954 su cotización quedó fija en 12.50 hasta mayo de 2011, cuando el precio de la moneda norteamericana se vino para abajo tras llegar a 15 y regresar luego a 11.56 pesos.
Desde entonces, en varias ocasiones hemos tenido notorios altibajos.
Desde el nivel de 11.56 pesos en mayo de 2011, el dólar se fue para arriba hasta llegar a 14.03 en noviembre de ese año. Un alza de 21.3 por ciento en seis meses.
Y luego vino otro descenso. En marzo de 2012, estábamos en 12.67, una caída de 10 por ciento en tres meses.
Pero vinieron nuevamente tiempos de alza. En junio de 2012 la paridad se encontraba en 14.40, otra subida de 13.7 por ciento en sólo tres meses. Y de allí, de nuevo para abajo hasta llegar en mayo de 2013 a 11.98 pesos por dólar.
Nos olvidamos pronto, pero fueron tiempos de vaivenes.
Luego tuvimos diversas alzas y bajas ya no tan relevantes hasta que a mediados del año pasado comenzamos una ola alcista más larga.
El precio al mayoreo del dólar en junio de 2014 estaba en 12.88 pesosy ayer quedó en 16.27, aunque en las ventanillas bancarias marcó 16.60 pesos, un alza de 26 por ciento.
Como ya va poco más de un año de incrementos, muchos piensan que el dólar ya no va a bajar.
Sin embargo, la historia reciente nos dice que hemos tenido repetidos altibajos. Eso es lo inherente de regímenes cambiarios como el que tenemos.
No se extrañe de ver en el futuro inmediato un dólar más caro todavía, quizás en niveles de 17 pesos, para que después de mediados de septiembre veamos cómo regresa a paridades de 15 y fracción por cada divisa norteamericana.
En sistemas cambiarios de libre flotación es natural que la cotización del dólar sea variable. Sin embargo, lo más probable es que estemos en una banda de fluctuación más elevada que en el pasado, pues el promedio del año, que ya está en 15.50 pesos aproximadamente, implica un encarecimiento de 18 por ciento respecto a 2014.
No es novedad que este incremento, tarde o temprano, vaya a tener repercusiones en los precios.
Ese es el gran tema que deberá discutir la Junta de Gobierno del Banco de México mañana por la tarde. Los integrantes de la Junta esperarán la resolución de la Reserva Federal este miércoles al medio día y su determinación la van a dar a conocer el jueves a primera hora.
Es probable que no haya incremento de las tasas, pero sí podrá observarse si hay algún tipo de preocupación por el impacto de la paridad en la inflación.
Un par de meses más tarde, cuando el lunes 21 de septiembre dé a conocer su siguiente decisión de política monetaria (que seguramente va a seguir a la de la Reserva Federal del 17 de septiembre), es probable que se decrete un alza de los intereses y también que veamos un abaratamiento del dólar.
Con el nivel de inflación que hoy tenemos, el más bajo de la historia, el Banxico tiene espacio para maniobrar, pero tenga la certeza de va a actuar para que una paridad excesiva no vaya a golpear a los precios al consumidor.
¿De qué depende el impacto de la cotización del dólar en la inflación? Ese tema lo abordaremos mañana.
Twitter: @E_Q_
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