Roberto Barrera, director de Unidad de Gestión, Supervisión, Inspección y Vigilancia Comercial de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), declaró que como medida preventiva, se comenzará con la destrucción de 10 mil cilindros viejos, adicionales a los 250 mil que se destruyen y reemplazan de forma mensual.
La actividad de destruir los cilindros mensualmente se realiza desde hace cuatro años en México y ha tenido un costo de 3,500 millones de pesos, con los cuales se han sustituido tres millones 900 mil cilindros mediante el Fideicomiso para Reposición de Cilindros de Gas LP.
Si los vecinos detectan que un tanque de gas está averiado o si considera que es demasiado viejo para seguir funcionando, es importante que lo reporten a las oficinas de Protección Civil de los municipios o bomberos para evitar accidentes, señaló el funcionario de la ASEA.
Todas las empresas Distribuidoras de Gas LP, como parte de su cumplimiento normativo y con el fin de salvaguardar la seguridad en su operación, realizan una estricta revisión de todos los cilindros vacíos recolectados de los hogares de los usuarios antes de utilizarlos nuevamente para la distribución del producto.
Es en esta etapa en la que son detectados los cilindros que no cumplen con los requisitos mínimos de seguridad para su operación en el mercado y son separados para su destrucción.
Se exhortó a la población a que no reciba cilindros en mal estado, "si los ciudadanos no adoptan esa cultura, vamos a seguir teniendo presencia de cilindros clandestinos, o algunos que venden en mercados secundarios, que los pintan y los dejan para uso", aseguró el entrevistado.
"El llamado es a la población, a que no los sigan utilizando porque obviamente lo que se llevan a casa es un riesgo, es un peligro y obviamente, hemos tenido incidentes relacionados", indicó
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