Por Eduardo Garduño
Edomex.- Ayotzinapa, Tlatlaya, Inseguridad, Corrupción, Pobreza, Educación y Desempleo, son entre otros los grandes temas de la agenda nacional que no se han resuelto, pero que serán sin duda alguna el botín electoral de los partidos políticos en el proceso de este año en el que se renovarán la Cámara de Diputados a nivel federal y en el Estado de México se renovarán la legislatura local y los 125 ayuntamientos.
Es una pena que mientras el país está abatido por los golpes de la pobreza y cada vez más lejos de superarla, los partidos políticos se aprovechen de la paupérrima condición de una inmensa mayoría de mexicanos para alcanzar el Poder y después olvidarse de sus promesas.
Ya se escuchan en radio y en televisión los spots de todos los partidos políticos, desde el que está de tu lado hasta el que asegura tener la mejor propuesta de desarrollo social o el que combatirá a la corrupción.
El que promueve la lucha contra la corrupción, no hizo nada en los 12 años que estuvo al frente de los destinos de la República, porqué creer ahora.
El que asegura estar de nuestro lado, se ha visto inmiscuido en escándalos de conflicto de interés y enfrenta una profunda crisis de legitimidad, apuesta a la falta de memoria para sostenerse en el Poder.
El tercero, que afirma tener el mejor proyecto de desarrollo social, está inmerso en un crisis de corrupción de sus legisladores, alcaldes y regidores, además de estar involucrados con el narcotráfico.
Y detrás de estas tres fuerzas políticas vienen los partidos pequeños que al no tener la estructura, se suman a los grandes para mantener su registro y seguir gozando de las mieles del presupuesto público, sin importar el daño que le hagan al país.
Aunado a lo anterior, está el reparto de cuotas de los grupos que conforman a cada uno de los tres partidos políticos.
Se han acostumbrado a vivir del presupuesto, y como se vive muy bien, pues hay que buscar mantenerse con las prebendas, más lo que obtengan por apoyar una propuesta que requiera de una amplia votación.
Y porqué no hacer uso de los grandes problemas que golpean a la población como la pobreza y la inseguridad para ganar los votos necesarios que les permitan mantener sus cuotas de poder y con ello ingresos suficientes para vivir sin problemas.
Será un año electoral marcado por la falta de verdad y de justicia en el caso Ayotzinapa y en el de Tlatlaya, con una economía inestable y con un país donde sus niños, jóvenes y ancianos están sufriendo las consecuencias de los grandes problemas de corrupción, inseguridad, desempleo y nulas oportunidades.
Y los partidos políticos y sus candidatos al dispendio del dinero público sin importar las grandes necesidades nacionales.
Ojalá en esta ocasión los ciudadanos salgan a votar, pero que lo hagan conscientes.
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