Al encabezar la solemne Misa de Gallo para conmemorar así la Navidad, Rivera Carrera expuso que los buenos sentimientos que permean en estas fechas no deben hacernos olvidar la lucha frontal contra todo lo que siembra la muerte y la pobreza.
Jesús, en su compasión por los enfermos, en su atención a los pobres, en su predilección por los excluidos y los pecadores, por los menospreciados por la sociedad, en su capacidad de amar a sus discípulos y de dar la vida por ellos, nos manifiesta que no es verdad que todo está perdido para las personas; que no es verdad que el único futuro que espera es el del ascetismo y el miedo; al contrario, la verdad es que la muerte, la soledad y la desesperación quedan vencidas por quien acoge a este Niño y para quien lo comunica con alegría a los demás”, expuso el mitrado.
La noche del miércoles en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, Rivera Carrera destacó la necesidad de que los creyentes mantengan su fe y esperanza para que posteriormente venzan a la soledad y a la desesperación.
Esta palabra de esperanza está encerrada en todas las manifestaciones de buenos deseos que expresamos con ocasión de la fiesta navideña y en todos los regalos que intercambiamos: deseos de comunicarnos, de amarnos, de ser comprendidos y amados. La presencia de Dios Niño es la certeza de que Dios mismo ha venido a abrir la puerta de este camino que conduce a la vida”.
El arzobispo primado de México expuso que no únicamente en la Navidad “Dios da un vuelco a las apariencias”, pues, dijo al mirar la sociedad actual nos puede dar la impresión de que las cosas parecen ir en una sola dirección, producen desconfianza, derrotismo, recelo y sensación de inutilidad.
La Navidad es la palabra de Dios, como lo fue para los pastores, para María y para José. Es una palabra para nosotros que nos alegramos por el nacimiento del Niño; para los que como José, buscan una casa, un hogar donde habitar, un trabajo estable para sacar adelante la propia familia, un estudio para acceder a una profesión”, externó el religioso.
Acompañado por diversos sacerdotes, Norberto Rivera pronuncio su mensaje de Navidad y externó sus mejores deseos para todos los habitantes de la Ciudad de México y del país asegurando que esta fecha tiene un significado particular y especial para cada persona.
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