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miércoles, 7 de agosto de 2013

TEMA LIBRE

Por I. León Montesinos

Marihuana: legalizarla o no; he ahí el dilema

Pintores como Siqueiros y Rivera, lo pidieron

¿Políticos matarán la gallina de los huevos de oro?


El tema de la probable legalización de la marihuana, júrelo, va a ser minimizado y desdeñado por la clase política, de todos los partidos, y hasta por buena parte de poderosos sectores económicos que han visto en el lavado de dinero el medio de volverse millonarios de la noche a la mañana.

¿A quién o quiénes no les conviene no sólo la legalización de la marihuana sino de las drogas? Obvio que a los narcos, para nada, pero tampoco a los políticos, policías corruptos, militares deshonestos y hasta empresarios trinqueteros, que se convertido en directos beneficiarios del alto costo que pagan los consumidores y que sin duda, también han pagado un alto costo, junto con el resto de la sociedad, de vidas humanas y sangrientos efectos colaterales. Más de 70 mil muertos en los últimos dos sexenios, sin contar los que se acumulen en el presente gobierno.

La naturaleza ilegal no sólo del consumo sino de la producción de la cannabis índica, cáñamo indio, o marihuana, y del resto de las drogas que se trasiegan en el mundo, representa el negocio más lucrativo del planeta. La ONU calcula que genera 2.1 billones de dólares al año, equivalente al 3.6% del PIB mundial. En 2008, por ejemplo, Barry McCaffrey, zar antidrogas norteamericano, estimaba la introducción de marihuana a su país en un 60% de las ganancias de los cárteles mexicanos. Por eso, quitarles ese mercado significaría un duro golpe a sus finanzas. Ellos son tan fuertes como sus recursos, lo que les permite gozar de un descomunal poder corruptor de las instancias policiales y públicas a todos los niveles.

Tan sólo en el DF –y por si el despistado de Miguel Ángel Mancera sigue negando la presencia de cárteles--, se calcula que hay en promedio 500 mil consumidores habituales de drogas, de manera preferente marihuana, seguida de la cocaína y en menor grado drogas sintéticas. Este jugoso mercado es el que ha hecho crecer las miles de narcotienditas y narcomenudistas que operan en el vecino territorio chilango.

Hace una semana, en la Fundación Miguel Alemán, cuatro ex Secretarios de Estado: Pedro Aspe, titular de Hacienda con Carlos Salinas; Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM y ex Secretario de Salud con Ernesto Zedillo; Jorge Castañeda, en canciller con Fox; y Fernando Gómez Mont, ex Secretario de Gobernación con Felipe Calderón, encabezaron el foro: Marihuana ¿despenalizar su consumo? En el que propusieron que sea la capital del país el territorio donde se inicie el proceso de despenalización.

Lo que muchos interpretaron como una búsqueda protagónica de reflectores por parte de los convocantes a los que también se sumó la vedette intelectual que lleva por nombre, Héctor Aguilar Camín, indujo a cuestionar de manera central no la propuesta en sí, sino el por qué la intención a destiempo de los ex funcionarios quienes en su momento, ni remotamente se hubieran atrevido a plantearla.

El asunto es que al menos consiguieron subir a la palestra del debate nacional un asunto que difícilmente podrá salir airoso, en el corto plazo, sobre todo porque mediciones de opinión señalan el 79 por ciento de los mexicanos están en desacuerdo con la legalización de la marihuana y, por ende, de las drogas. De hecho, en la Cámara de Diputados, la mayoría de sus integrantes fingen que la Virgen les habla cuando se trata de tocar el tema, aún cuando ya hay una iniciativa al respecto, que presentó el 15 de noviembre del pasado año el diputado del PRD, Fernando Belaunzarán Méndez. No hay que olvidar que muchos de ellos provienen de regiones donde los cárteles operan con absoluta impunidad y hasta en su momento, como sucedió con Julio César Godoy Toscano –primo del ex gobernador de Michoacán, Leonel Godoy y compadre de Servando Gómez, “La Tuta”--, resultaron ser nada menos que representantes de grupos criminales como el de la Familia Michoacana.

Y para quienes creen que la intención de legalizar la marihuana es algo nuevo, me voy a permitir citar algo de lo confesado en sus memorias por el célebre muralista David Alfaro Siquieros, quien en su momento narró que en una ocasión Diego Rivera –pareja de Frida Kahlo--, propuso ante el Sindicato de Pintores, Escultores y Grabadores Revolucionarios de México, se votara el acuerdo de “fumar oficialmente mariguana…No hubo discusión, positivamente emocionados y con la mirada puesta en el futuro glorioso que ya se veía delante de nosotros, aprobamos fumar la mariguana para así llegar a la excelsitud de los plásticos de la antigüedad pregachupina en México”.

Asimismo, a propuesta de Rivera, se acordó llamar a un “catedrático de la mariguana”, para que los instruyera. En su primera lección el maestro que se llamaba “Chema”, les explicó que hasta ése momento lo único trascendente y positivamente universal que México le había dado al mundo era la mariguana. Siquieros afirma que el también pintor Fermín Revueltas –hermano de José Revueltas, escritor, y Silvestre Revueltas, músico--, interrumpió emocionado al maestro y dijo lo siguiente: “Propongo que enviemos inmediatamente una propuesta al presidente de la República y a todas las autoridades que intervengan en problemas del orden correspondiente, por haber venido considerando que el uso de la mariguana constituye un delito. Y exigiendo, a la vez, que por decreto se establezca el uso de la mariguana como saludable para la capacidad cerebral de los hombres de nuestro país. Que en ese mismo documento se haga constar que la prohibición de la mariguana dictada por los conquistadores y más tarde reafirmada por los virreyes, tenía por objeto precisamente provocar la decadencia de los pueblos de América para poder sojuzgar mejor”.

De acuerdo a Siquieros, con algunos agregados “más enérgicos”, se dieron a la encomienda de redactar los respectivos telegramas y enviar copias a todos los periódicos del Distrito Federal de la época.

Agrega Siquieros que mientras pintaba bajo los efectos de la mariguana su mural Dioses Caídos en el Colegio Chico de la Escuela Nacional Preparatoria, cuando su imaginación era más lúcida y su inventiva más rica, se apagó la luz eléctrica y él y su compañero de trabajo, Roberto Reyes Pérez, sufrieron un accidente cayendo del andamio desde una altura de más de siete metros. Asegura que por ello, fueron eliminando la costumbre de fumar mariguana.

De su memoria extrae una explicación dada en su momento: “Me parece que la equivocación radicó en esto: como nosotros ya somos mariguanos por naturaleza, el uso de la planta rompió el saco de nuestra natural riqueza imaginativa; esto es, nos condujo a la desórbita. Continuemos con nuestra mariguana innata y basta”. Ese argumento no convenció a Diego Rivera quien según Siquieros, habría dicho: “Lo que pasa es que la cantidad de mariguana que fumamos ya nos entregó todo lo necesario”.

Por cierto que hablando un poco de la historia de las drogas, valga citar que uno de los primeros en caer por haber propuesto una lucha frontal contra el exterminio del cultivo y tráfico de estupefacientes, fue el entonces gobernador de Sinaloa, coronel Rodolfo T. Loaiza, asesinado el 21 de febrero de 1944 durante las festividades del Carnaval de Mazatlán en el Patio Andaluz del Hotel Belmar, a manos de un sicario apodado El Gitano, pagado por los terratenientes del sur de su Estado y por su sucesor a su muerte, el general Pablo Macías Valenzuela.

En 1937, siendo senador y miembro de la Comisión de Salubridad Pública en la Cámara Alta, Loaiza anunció su intención por acabar con el narco no sólo en su estado sino en el país, invitando además a sumarse a su propuesta a los países que ya entonces tenían en sus fronteras ese creciente problema. Caro le costó al militar haber emprendido, ya siendo gobernador, batidas en contra de los cultivos de marihuana y adormidera (amapola), en su entidad. Los entonces narcos y políticos involucrados en el boyante negocio se la cobraron.

La anterior referencia para que el lector entienda que el jugoso contubernio no es cosa nueva en nuestro país. Razón por la cual éste columnista duda mucho que la intención de legalizar ya no digamos el consumo sino la producción de drogas vaya a tomar una ruta concreta.

No creo que ni políticos, ni narcos, ni empresarios y policías corruptos, tengan la firme intención de acabar con la rentable gallina de los huevos de oro, no importando que el país se desangre en una guerra absurda ni que anualmente se destinen al combate contra el crimen organizado miles de millones de pesos en personal, armamentos y demás enseres de seguridad, que bien podrían destinarse a proyectos productivos, a más becas a los jóvenes y educación.

Pero ahí no está en el negocio, y lo saben: al legalizar la producción y el consumo de las drogas se acabaría la ilegalidad y se derrumbarían los precios; es decir, los narcos ya no verían como actividad productiva el inducir a más jóvenes al consumo de estupefacientes pues es evidente que si el consumo ha ido al alza es porque a ellos les ha convenido incrementar su número de clientes. Si se desmorona la fábrica de dinero, el fomentar nuevos adictos deja de tener sentido. Así de sencillo.

Nuestro correo electrónico: garrasleo6@yahoo.com.mx

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