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miércoles, 6 de marzo de 2013

Impunidad de Carpinteyro…al máximo

Automóvil sin placas, sin hologramas, sin verificación y con vidrios polarizados, pero Carlos Floro omite proceder contra el propietario, nada menos que un oficial de vialidad.

Ecatepec, México.- Escoltado por patrullas de la policía municipal, se observa estacionado en pleno centro de San Cristóbal, a un costado de Palacio Municipal, un automóvil de modelo atrasado; sin placas de circulación, hologramas de verificación u otro referente que permita identificar la unidad. Los vidrios polarizados que impiden toda visibilidad en su interior, son referente y sospecha de ser utilizado para cometer atracos.

La presencia de esta unidad llama poderosamente la atención de los transeúntes. Una persona le refiere al reportero de sus dudas, por lo que procedemos a tomar gráficas cuando de repente se presenta el oficial de vialidad y pregunta la razón de que se tomen estas fotografías.

Sin embargo, a la mejor sin medir consecuencias, comenta que es propiedad de un elemento, ayudante personal del Subdirector de Vialidad, Javier Pita Herrera, por lo que procedemos a informar de esta anómala situación al director de Seguridad Ciudadana y Vial, Carlos Floro Ortega Carpinteyro, quien se muestra displicente y pide al reportero le acompañe a donde esta la unidad en cuestión de aspecto sospechoso, muy al estilo de las que utilizan los delincuentes para atracar.

Frente al automóvil, es informado que su propietario es un elemento de vialidad, ayudante cercano del subdirector , Javier Pita Herrera, por lo que Ortega Carpinteyro llama a éste y finge girar instrucciones para que se ponga la unidad a disposición del Agente del Ministerio Público y se proceda a investigar si está involucrada en algún acto ilícito, en tono enérgico dice que se proceda contra el propietario.

Ante los reporteros de MEXIQUENSE, oficiales y curiosos que se habían acercado al lugar acepta las anomalías que se cometen bajo la sombra de la corporación policiaca y que nadie respeta los señalamientos de tránsito, sobre todo los discos donde se indica que está prohibido aparcarse.

Ante las personas que lo escuchaban, el jefe policiaco pretendió lucir su jerarquía, su autoridad para ejercer el cargo; sin embargo, el hecho que pudo ser delictivo fue encubierto y nunca se llevó el automóvil ante las autoridades judiciales ni se abrió ninguna investigación.

Cuando alguien le cuestionó su proceder, olímpicamente evadió la respuesta cuando dijo: “que Padrón haga la denuncia”, quedando en claro su desinterés, su apatía o bien su incapacidad para combatir el desorden que existe en la corporación que va desde los actos de corrupción hasta la presencia de delincuentes bajo el camuflaje de policías municipales.

La desbordada delincuencia y los vergonzosos hechos en que se han visto relacionados los elementos a su cargo, así lo demuestran de manera cotidiana.

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