En la Legislatura mexiquense hay 193 días de trabajo, divididos en tres periodos ordinarios de sesiones durante el año, por 172 días de receso, en los cuales el ritmo de trabajo es mínimo, aunque el pago es el mismo, tengan o no actividades.
Mientras trabajadores de áreas como el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM), la Contraloría de la Legislatura, la Secretaría de Administración y Finanzas, el Instituto de Estudios Legislativos y la misma biblioteca trabajan de manera normal, en la Secretaría de Asuntos Parlamentarios y en la Dirección de Comunicación Social ha disminuido la carga de trabajo.
La baja se debe a que como los diputados prácticamente no tienen actividades, la primera dependencia no tiene tanto trabajo, como cuando hay reuniones de comisiones o de pleno; y la segunda está vetada para informar y en estos momentos casi no tiene giras, ni eventos que cubrir.
De hecho, mientras el grueso de los trabajadores deben asistir a la Legislatura y checar diariamente entradas y salidas, los legisladores no tienen esa obligación y pueden dejar de ir, incluso hasta que inicie el siguiente periodo ordinario, que irá del 20 de julio al 15 de agosto. La última sesión de pleno fue el 26 de abril.
La Legislatura mexiquense cuenta con casi 150 asesores, con salarios superiores a los 20 mil pesos mensuales, además de los secretarios técnicos que ayudan en el trabajo de las comisiones y comités legislativos, pero ante la falta de actividad legislativa, algunos diputados extraoficialmente reconocieron que nada garantiza que esos funcionarios estén trabajando, pues la mayoría labora con los legisladores, pero mientras una buena parte de los representantes populares son candidatos, otros están en franco apoyo a sus abanderados federales.
El Congreso tiene otro tipo de asesores que no están en nómina y son contratados de manera directa por los legisladores, con salarios que les asignan, a través de una partida de 55 mil pesos que la Legislatura les entrega a los diputados mexiquenses.
A partir de mayo las instalaciones de la Legislatura local se observan semivacías, con pasillos sin gente, oficinas solas, pues las únicas que siempre asisten son las secretarias, algunos asesores, jefes de prensa y ocasionalmente algún diputado, aunque todos cobran sus percepciones de manera normal.
En contraste, en el OSFEM, la Contraloría, o la Secretaría de Administración y Finanzas los procesos electorales no han afectado al personal, pues todos trabajan en forma normal, e incluso con mayor carga de trabajo por la entrega de manifestaciones de bienes y la revisión de las cuentas públicas.
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