La encuesta confirmó el perfil del votante joven: el PRI obtendría la simpatía de jóvenes con bajos niveles de estudio y salariales. Al PAN lo preferirían los más instruidos y con niveles altos de salario. Sin embargo, a mayor educación hubo también incrementó la respuesta a "no tener simpatía por ningún partido político", aunque no necesariamente un rechazo a los partidos y al proceso electoral.
Los jóvenes mexiquenses y de todo el país enfrentan un escenario desalentador, siguen siendo los más afectados no sólo por el desempleo, sino también por la falta de cobertura sanitaria, discriminación, violencia y la lucha contra el crimen organizado, afirma un estudio realizado por el doctor Enrique Cuna Pérez, jefe del departamento de Sociología de la UAM.
En el ámbito político el estudio encontró un fuerte desinterés de la juventud por la política: 44% no se interesa nada; 38% muestra poco interés y sólo 13.8 aceptó un fuerte interés.
Acerca de las razones del desinterés: 38% respondió un consistente "no me interesa"; 22.3% dijo que debido a la deshonestidad de los políticos; 5.8% porque "no entiendo de política" y un 4.2% señaló no tener tiempo.
A pesar del desinterés, la encuesta encontró que sí evaluaban positivamente el voto: 68% afirmó que sí vale la pena votar y 4 de cada 10 dijo que sí votaría en las próximas elecciones.
Un 46% declaró no simpatizar con partido político alguno. Otro dato importante es que 54.6% prefiere la democracia como forma de gobierno, 10.6% prefiere un sistema autoritario y a un porcentaje similar le da igual.
Respecto a la definición de democracia: 56.4% consideró que sólo sirve para elegir gobernantes, 18% piensa que sirve para resolver injusticias sociales y sólo 16% la ve como mecanismo de rendición de cuentas.
En el trabajo que forma parte del proyecto "Valores Institucionales y Desarrollo Humano en México", financiado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), realizado por investigadores de la UAM, el doctor Cuna Pérez advierte que en los jóvenes están depositadas muchas esperanzas, sobre todo cuando hablan del bono demográfico; sin embargo, les otorgaron desde el espacio político y económico pocas oportunidades para el desarrollo de sus propias esperanzas.
Muestra de lo anterior son las altas tasas de desempleo que duplican o triplican la de los adultos. La población económicamente activa de 20 a 29 años pasó de 649 mil 900 en 2005 a 942 mil 242 en 2010, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de ese año.
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