Uno de cada dos electores del Estado de México no son originarios de la entidad, sino producto de las inmigraciones que día con día registra, sobre todo en el Valle de México, donde la proporción de migración es de 74 puntos porcentuales, señaló el consejero electoral Juan Carlos Villareal.
El Estado de México, dijo, tiene una situación muy distinta a otros. No solo es la entidad con la lista nominal más grande, sino la que menos gente oriunda tiene, porque el territorio mexiquense sigue siendo uno de los principales polos de atracción del país, por su situación económica y su cercanía con el Distrito Federal.
Aunque la entidad tiene 125 municipios son 10 los que concentran 50 por ciento de la lista nominal y nueve de ellos están en el Valle de México, cerca del Distrito Federal: Ecatepec, Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán de Zaragoza, Chimalhuacán, Cuautitlán Izcalli, Tultitlán, Ixtapaluca, y del lado del Valle de Toluca, la capital mexiquense.
A nivel estatal, 46 por ciento de los ciudadanos de la entidad no son originarios de la entidad, pero en la zona metropolitana con el Distrito Federal, la cifra se dispara a 74 por ciento, por tanto. Esto tiene que ver directamente con la identidad de los mexiquenses, sobre todo cuando se trata de participar en elecciones locales.
El comportamiento electoral en los 10 municipios de mayor concentración poblacional es de alto nivel de participación en elecciones concurrentes, como es la que se tendrá este 1 de julio.
En estos procesos, indicó, los ciudadanos no originarios del Estado de México tienden a votar más, pues eligen a una autoridad que les resulta más cercana que los ayuntamientos, como son diputados federales, senadores y presidente de la república.
En contraparte, donde hay más participación en elecciones locales, es en aquellos municipios donde la mayoría de los electores son originarios de la entidad, registrando niveles de asistencia a las urnas de hasta 85 por ciento, mientras que los no oriundos alcanzan niveles de 60 por ciento.
La realidad, acotó, es que la entidad registra un complejo en crecimiento demográfico, es socialmente heterogénea y plural, con una marcada alternancia y competitividad política, en la cual nada está escrito.
La importancia de la elección del próximo 1 de julio de alcaldes y diputados locales representa el futuro de la entidad porque son ellos quienes dictan las directrices del desarrollo local, consideró, Juan Carlos Villareal.
Los datos que existen, dijo, demuestran que a los jóvenes sí les interesan los problemas de su colectividad, pues los cambios en una sociedad democrática suceden justamente con la participación en política y son ellos quienes más votan y dejan de hacerlo cuando crecen y ya no encuentran alternativas que les parezcan viables.
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