Nuria Diosdado encabeza el bastión más crítico contra Ana Gabriela Guevara. La nadadora, que en el agua es capaz de presentar las rutinas más estéticas, es una de las atletas que más ha alzado la voz en contra de la falta de apoyos para los deportes acuáticos, en el ciclo que termina en Paris 2024. Es su turno de entrar a escena en Juegos Olimpicos, después de caer “casi en depresión” y conseguir los recursos económicos para estar, junto con su equipo, en la justa internacional.
A Nuria Diosdado no se le ha permitido parar. La
atleta mexicana estuvo en la disyuntiva de dejar el deporte, tras el Mundial de
Budapest 2022, en la que quedó en el sexto lugar a nivel mundial o seguir rumbo
a los Juegos Olímpicos. La incertidumbre casi la tiró en depresión. “Se me
caían los mechones de pelo”, reconoce la capitana de la selección de natación
artística en el Ride a París de ESPN.
Nuria se había casado y cumplió varias de las metas que
se trazó en la vida. “¿Ahora qué hago?”, fue la pregunta que se hizo a ella
misma y aceptó el reto de llegar a sus cuartos Juegos Olímpicos, aunque el
camino fue diferente al de las otras tres ediciones.
“Tuve un momento, no diagnosticado, porque no me dijeron que
tenía depresión, pero me sentí muy mal, como nunca en mi vida. Terminan
los Juegos Olímpicos de Tokio, me casé, era una meta, después de la
boda, empiezan las preguntas de qué ahora qué. Pienso, me voy a aventar el
Mundial de Budapest en el 2022, y después veo. Nos fue bien. Pensé sí le
seguíamos o no. No sólo era mi pregunta personal, sino de mi entorno, de mi
entrenadora, de mi compañera, porque de ahí parten muchas decisiones. Fueron
tres o cuatro meses, que pudieron ser los más difíciles, porque se me caía el
cabello a cachos, y todo era por una indecisión personal muy fuerte. No sabía
qué hacer. Quería ir a París, pero tenía miedo de no lograrlo, empezó como
una cosa mía interna, de tú qué quieres y no sabía. Así estuve varios meses,
con mi psicóloga, mis papás, mi esposo, Joana, mi entrenadora, todos me querían
ayudar a entender”.
“Que vendan calzones”, publicidad involuntaria a favor de la
natación artística
En el colectivo del deporte mexicano ha quedado para el
recuerdo una frase de Ana Gabriela Guevara, titular de la CONADE: “Por mí,
que vendan calzones, Avon, Tupperware…”.
La declaración detonó un conflicto que había pasado
desapercibido del ojo público. Las nadadoras
artísticas habían emprendido una campaña para vender trajes de baño y
toallas, con el objetivo de sumar recursos económicos ante la imposibilidad de
recibir su beca deportiva y la reacción de la funcionaria pública se convirtió
en su principal publicidad.
“No hay publicidad mala, todo lo que experimentamos el año
pasado fue publicidad, que sin querer se nos dió”, dice ahora entre
risas, Nuria Diosdado.
La declaración de Ana Gabriela impulsó al equipo
de natación artística, más allá de sumirlas. Los patrocinadores voltearon
a ver al equipo comandado por Nuria Diosdado y ella aprovechó el foco
para conseguir el apoyo que necesitaban, alrededor de 15 personas, para
continuar con el sueño olímpico. Esto aunado a los resultados deportivos, como
la medalla de plata en la competencia de Budapest, Hungría.
“La verdad son muchas cosas, es como un balde de agua fría,
quiero decirte que ha sido muy positivo. ¿Me hubiera gustado que hubiera pasado
esto? No, no, no me hubiera gustado, no me hubiera gustado, ni preocuparme de
cómo pagar la serie Mundial, pero creo que en lo personal, me di cuenta, más
que nunca, que soy una persona que reacciona ante los problemas [...] Cuando
veo la situación, que hay un equipo, sé que pedir para una o dos es fácil, pero
aquí por viaje van 15 personas. Tuve que aprender mucho, tanto de mí y de cómo
venderte, cómo acercarte. La respuesta negativa ya la tienes, si sabes que
partes de un no, lo que salga es bueno”, declara Diosdado.
Y pasó. Las integrantes del equipo de natación
artística recibieron apoyo de las marcas, las mismas las que mandó Ana
Gabriela Guevara, lo que les permite evitar distracciones e ilusionarse con una
posible medalla.
“Varias marcas como Avon, Tupperware, los trajes de baño,
toallas, muchas marcas, la Fundación Telmex, el Comité
Olímpico Mexicano con sus respectivos patrocinadores. Es mucha la
gente involucrada, agradecemos el apoyo”, explica Nuria. “No hemos podido
alcanzar el mejor lugar para México,
en la historia hemos sido octavos y por parejas en noveno. Con el ciclo
olímpico y cambio de reglamento, sí podemos, somos conscientes, porque tanto
esa posibilidad me lleva para arriba de ánimo, como también me presiona. Con
este nuevo reglamento todo puede pasar, un subcampeón como es Ucrania no va a
estar, porque perdió la plaza. México va con la mente de hacer lo
mejor, el resultado tiene que salir”, agregó.
Tal vez por eso, la titular de la CONADE,
entre broma y broma, declaró a bordo del Ride a París de ESPN:
“¿Y mi bono por haberles provocado?, porque pues eso provocó que se viniera una
avalancha de patrocinadores”.
Nuria Diosdado y la selección de natación
artística inician su participación en Paris 2024, después de un ciclo
olímpico con la exigencia de lograr la clasificación por equipo 28 años después
de la última representación mexicana en Juegos Olímpicos, y con la
capitana al frente del bastión que actuó y emprendió juicios ante el CONADE por
el pago de becas.
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