Directorio

Directorio

lunes, 5 de agosto de 2024

Ni el deporte ni la comida sana: la ciencia desvela que el secreto de la longevidad es el cuidado de una madre

 





«Uno de los aspectos verdaderamente misteriosos de los humanos es que vivimos vidas tan largas en comparación con muchos otros mamíferos», expresa Matthew Zipple, uno de los autores del reciente estudio de la Universidad de Cornell

Ya lo dijo Napoleón Bonaparte: «El porvenir de un hijo es obra de su madre». Lo que él no sabía es que más de 200 años después de su muerte este hecho lo confirmaría una de las universidades más importantes de Estados Unidos. Un nuevo estudio de Cornell, una de las ocho conformantes de la Ivy League, ha desvelado que la relación entre una madre y su hijo podría ser una de las piezas del gran rompecabezas de la longevidad de los seres humanos frente a otros animales de la tierra.

Mientras la administración de Cornell está ocupada tiñendo el campus de cultura woke –fijando criterios de raza para admitir alumnos con la excusa de la diversidad racial–, sus investigadores y académicos siguen centrados en la ciencia y en analizar todo aquello que hace tan único al Homo Sapiens.

«Uno de los aspectos verdaderamente misteriosos de los humanos es que vivimos vidas tan largas en comparación con muchos otros mamíferos», expresa Matthew Zipple, uno de los autores de la publicación incluida en el último número de las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Esta es la razón de que decidiesen buscar una explicación a esta larga esperanza de vida.

Una vida más larga y lenta

Una de sus principales conclusiones, a la que llegaron mediante la observación de primates y otros grupos biológicos del reino animal, es que en aquellas especies en las que crías dependen de la presencia de su madre para sobrevivir a largo plazo (como los humanos), se tiende a desarrollar una vida más larga y a un ritmo de vida más lento. Este «se caracteriza por cuánto tiempo vive un animal y con qué frecuencia se reproduce», afirman los investigadores.

A medida que analizaron este vínculo y su fortalecimiento, se dieron cuenta de que estos animales «tienen vidas más largas y se reproducen con menos frecuencia. El mismo patrón que vemos en los humanos», afirma Zipple. Este modelo, según indican, parece ser general para los mamíferos. «Sabemos que estos vínculos existen en otras especies además de los primates, como las hienas, las ballenas y los elefantes», explica el autor.

Con esta información, han logrado elaborado un modelo matemático universal que demuestra la relación entre la supervivencia materna y la aptitud de su descendencia, por un lado, y por el otro, el ritmo de vida. Su objetivo es que pueda ser empleado por los ecólogos para poder predecir cómo los cuidados maternales impactan en la evolución de la esperanza de vida de una especie.

Toda la investigación está basada lo que han llamado la hipótesis de la madre y la abuela. Esta sugiere, mediante la observación de poblaciones humanas de los siglos XVIII y XIX, que los hijos tienen más probabilidad de sobrevivir si sus antecesoras mujeres están presentes en sus vidas. Esta teoría, según explica Zipple, se ha empleado también como explicación de la menopausia en los seres humanos: si cesa la reproducción, disminuye el riesgo de muerte, ya que permite que las mujeres mayores se concentren en el cuidado de los nietos.

 

No hay comentarios :

Publicar un comentario