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La violencia contra periodistas coincide con la creciente militarización del país y los constantes ataques del presidente López Obrador contra comunicadores y medios, apuntó la organización.
Amnistía Internacional evidenció una vez más los
riesgos que enfrenta la prensa en México. Dijo que este país actualmente es
el más peligroso para la prensa en el hemisferio occidental y con más
periodistas desaparecidos del mundo.
La organización internacional lanzó la campaña La Verdad se
Protege, para difundir el informe titulado Nadie garantiza mi seguridad: la
urgente necesidad de fortalecer las políticas federales de México para la
protección de periodistas.
Señaló que la violencia que vive la prensa coincide con la
creciente militarización del país y los constantes ataques que desde el Poder Ejecutivo se realizan todos
los días contra comunicadores y medios.
Por ello, Edith Olivares Ferreto, directora ejecutiva de
Amnistía Internacional México, hizo un llamado preciso y puntual al
presidente Andrés Manuel López Obrador:
“Hacemos un llamado contundente para que deje de atacar
a la prensa y cuide su narrativa, que cuide los datos de los periodistas que asisten a la mañanera”, dijo
en conferencia de prensa.
“No es un juego atacar a los periodistas, México es un país donde
matan a periodistas muchísimos días al año”, agregó.
Dijo que no sólo alarma la violencia contra la prensa, sino que es aún más
alarmante saber que la propia Secretaría de Gobernación reconoció que ocho
periodistas han sido asesinados aun encontrándose bajo el Mecanismo de
Protección a Periodistas y Defensores de Derechos Humanos. Seis de esos
homicidios han ocurrido en el actual sexenio.
Explicó que, de 2012 a 2023, la Fiscalía Especial para
Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión registró 86 asesinatos de
periodistas y, en criterio de esa fiscalía, 30 guardaban relación con el
ejercicio de su profesión.
En tanto, Jan-Albert Hootsen, representante del Comité de
Protección a Periodistas, detalló que se ha elaborado un análisis que revela
una tendencia, desde los últimos dos años, de un desinterés por parte de las
instituciones del gobierno que forman parte de la Junta de Gobierno del
mecanismo.
Apuntó especialmente a la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos: “Me duele decirlo, pero debo destacar el papel de la CNDH, que, al
parecer, ha perdido todo el interés y voluntad a favor de las personas que
realmente necesitan la protección, es una realidad muy dura, pero se tiene que
decir públicamente”.
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