En 2014, la entonces PGR logró decomisar 43 automóviles con un valor total de 21 millones de pesos al ahora exlíder del Cártel de Sinaloa; algunos de ellos tenían protección
Si hay alguien que ha destacado en la historia del
narcotráfico mexicano a lo largo de las últimas tres décadas es Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. El ahora otrora líder del Cártel
de Sinaloa logró posicionarse como uno de los narcotraficantes más
poderosos no sólo por ser uno de los criminales más buscados a nivel
internacional, sino también por su ingenio para traficar narcóticos, escapar de
las autoridades en reiteradas ocasiones e incluso aparecer en el listado
de las personas más ricas del país en cuatro veces consecutivas.
Fue entre 2009 y 2012 cuando el capo originario de
Badiraguato, Sinaloa, apareció en el ranking de los mexicanos más ricos
elaborado por la revista Forbes, a pesar de que su fortuna
millonaria era producto de sus diversas actividades ilícitas.
Al respecto de su patrimonio calculado en miles de millones
de dólares, destacan las múltiples propiedades lujosas a su nombre y
las decenas de autos exclusivos que poseía ―a los que incluso ordenó
hacer modificaciones o blindarlos―, algunos de los cuales las autoridades
lograron asegurar en sus últimos años de libertad.
Estos son algunos de los vehículos que estuvieron en su
poder en algún momento.
En febrero de 2014, apenas una semana después de la segunda
detención de ‘El Chapo’, la entonces Procuraduría General de la República
(PGR) anunció uno de los golpes más fuertes en contra del entonces líder
del Cártel del Pacífico.
Se trató del decomiso de 43 vehículos con un valor
estimado en 21 millones de pesos, mismos que fueron asegurados en
Culiacán, Sinaloa, uno de los bastiones más importantes de la organización
criminal que lideraba.
Del total, según reportaron las autoridades en aquel
entonces, 19 contaban con blindaje de diversos niveles. Entre ellos destacaron:
Una colección de camionetas Dodge RAM 1500, RAM
2500 y RAM 3500, con un valor estimado en 1 millón de pesos en total.
Una Chevrolet Cheyenne con valor estimado en 400
mil pesos.
Una Chevrolet Captiva con valor estimado en 300
mil pesos.
Una Ford Lobo LARIAT 2003, de 100 mil pesos, y una
Ford Lobo 4x4 2013, con un valor aproximado de 1 millón de pesos.
Una colección de Jepp Grand ―Cherokee 2004,
Liberty 2004, Cherokee Overland 2006, Commander 2006, Wrangler Sahara 2007,
Rubicón 2009, Cherokee 2011 y Wrangler Sahara 2013, entre otras― con un precio
estimado de más de tres millones de pesos.
También sobresalieron
modelos que no fueron blindados, pero que sí estaban bien posicionados en el
mercado, como cuatro modelos Mercedes Benz, una Dodge Charger camuflada
como patrulla municipal, múltiples una cadillac y varios Ducati.
Según refieren diversos reportes periodísticos, luego de su
aseguramiento, la PGR subastó cada uno de los ostentosos vehículos. Sin
embargo, por razones de seguridad, no se presentaron nombres de los
compradores.
Se presume que, en total, la venta superó los 15 millones de
dólares.
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