El especialista dice que el modelo Nueva Escuela Mexicana se debe ver funcionando para determinar los aspectos que requieren mejoras
La reforma educativa de la Cuatroté está sustentada en una
apuesta utópica en la que no hay mala voluntad, aseguró el investigador
nacional emérito Ángel Díaz Barriga, quien encabeza al grupo de especialistas
que diseñaron la Nueva Escuela Mexicana, previo a que este lunes inicie el
ciclo escolar 2023-2024.
“En este momento yo diría que el plan de estudios tiene una
especie de apuesta utópica, esperamos que con este plan de estudios el sistema
educativo mejore (...) No hay una mala voluntad al hacer este plan de estudios,
¿hay una propuesta distinta?, ¿muy ambiciosa? Sí, ahora tenemos que verlo
funcionando para ir viendo qué aspectos del plan van demandando mejora y cómo
hacer. Eso ya le toca a la autoridad educativa”, dijo en entrevista con El Sol
de México.
Indicó que al arranque del nuevo curso hay incertidumbre
entre el magisterio, algo que es normal ante un cambio en la educación, pero
que hasta ahora no hay un rechazo como sí se vivió durante la reforma impulsada
en la administración del presidente Enrique Peña.
Confió en que esta no sea solo una reforma educativa de un
año, sino que el cambio en la Presidencia de la República pueda dar continuidad
a la propuesta del nuevo plan de estudios y libros de texto.
¿Cuál es el balance de la aplicación del nuevo programa de
estudios, el de la Nueva Escuela Mexicana?
El primer año lo vamos a empezar la semana que entra (el
lunes). El plan de estudios se aprobó y se publicó en agosto del año pasado y
se preveía un trabajo piloto en los primeros grados de preescolar, primaria y
secundaria, pero como ahora estamos en el lío de quien quiere interponer un
amparo contra cualquier cosa. Hubo un amparo que impidió que la Secretaría de
Educación Pública (SEP) iniciara con el programa piloto. El amparo impidió que
se iniciara ese proceso y la SEP tomó otra decisión, el amparo permanece y
nosotros vamos a socializar el plan de estudios
De enero a junio, en ocho consejos escolares se abordaron
los programas de estudio y elaboraron los programas sintéticos y ya en agosto
de este año se publicaron los programas definitivos. Es lo que se argumentó en
el amparo sobre los libros de texto, que no se hicieron a partir de programas
publicados. Jurídicamente tienen razón porque no había programas publicados,
pero pedagógicamente no tienen razón porque las versiones de los contenidos y
programas los tuvieron los equipos que elaboraron los libros.
Esta semana ya se trabaja con esos materiales, mientras
saben qué grupo van a asignarles y con los libros de texto.
¿Tienen razón los maestros que denunciaron que cambiaron su
trabajo en la elaboración de los libros?
No son cambios que digas: ¡qué barbaridad, cómo le vamos a
hacer! Es cómo articular los principios de desarrollo de aprendizaje, al
programa analítico y al libro de texto, esto es lo que les está costando
trabajo, lo reconozco.
Entonces ¿qué les dice a los maestros?
Este fenómeno de que haya desconcierto, incertidumbre y al
mismo tiempo una discusión y proceso de apropiación es un fenómeno natural en
cualquier reforma educativa y más en las condiciones de la actual reforma donde
muchos elementos políticos ajenos a la reforma se están involucrando.
El plan se trabajó ocho meses en las aulas ¿qué arroja la
evaluación?
Hay información que tenemos la SEP y el grupo y los datos
que tenemos es que hay aceptación de los docentes. Que hay incertidumbres y es
normal, y que en general priva un buen ánimo de intentar esto que es un cambio
importante para la educación. Si ves los amparos contra los libros de texto no
aparecen en el mundo docente (...) Si yo lo comparo con la reforma de (Enrique)
Peña Nieto cuando había marchas de los docentes contra la reforma, que todos
recordamos, no estamos viendo ese fenómeno. No es el rechazo de los docentes
frente a la reforma. Sí estamos viendo en las redes señalamientos sobre los
errores en los libros de texto.
Cuando dice que demandará ajustes, ¿no significa que ha
fracasado? ¿o sí?
No, por supuesto. Todo proyecto es perfectible y todo
proyecto curricular necesita ser cuidado si uno quiere que siga funcionando,
cuidado en todos sus elementos: estructura, documentos que lo apoyan en
analizar si los programas sintéticos contienen los aprendizajes que buscamos,
entre otros. En este momento yo diría que el plan de estudios tiene una especie
de apuesta utópica, esperamos que con este plan de estudios el sistema
educativo mejore. No hay una mala voluntad al hacer este plan de estudios.
¿Hay una propuesta distinta?, ¿muy ambiciosa? Sí, ahora
tenemos que verlo funcionando para ir viendo qué aspectos del plan van
demandando mejora y cómo hacer. Eso ya le toca a la autoridad educativa. Si
siguen considerando o valorando la opinión de uno, uno seguirá. De parte del
grupo no tenemos ningún contrato en la SEP y no aspiramos a ningún contrato,
tampoco. Lo estamos haciendo como parte de nuestra tarea como especialistas.
De los libros de texto, ¿qué opinión tiene de los errores?
Lo que digo es que no debían tener errores. No acepto la
justificación de que hay menos errores que en otro gobierno.
Hay que entender los errores en 91 libros de primaria,
secundaria, el INEA y telesecundaria. Fue un trabajo excesivo para Materiales
Educativos (...) La única forma de explicarme el error es que fue en el proceso
de edición. Lo ideal es que se hubieran regresado a los especialistas antes de
pasar a prensa, yo creo que también los tiempos fueron comiendo el proceso.
¿Hay amagos de quema de libros o impedir la distribución de
libros?
Eso sí es condenable siempre, es un acto de fanatismo o
totalitarismo (...) Es un acto salvaje, puede o no estar de acuerdo con el
libro y el maestro decir no lo vamos a estudiar así por estas razones, pero lo
que no podemos socialmente enseñar es quemar el libro. Estamos regresando a la
época de la Inquisición, vamos a empezar a organizar quemas de los libros que
envenenan la mente.
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