El exdirector general de Seneam, Víctor Hernández, utilizó su influyentismo, ese que tanto aborrece el presidente López Obrador, para darle chamba a su hija, Dulce María Hernández Rosas.
Porque el exdirector general de Seneam, Víctor
Hernández, sigue teniendo influencia en la industria aérea. Hernández, al
que no les quedó de otra que correrlo tras ver aquel video en el que casi
chocan dos aviones de Volaris –aunque José María Riobóo aseguré que
los aviones no chocan, sino se repelen–, además de poner a su hijo Manuel
Alejandro Hernández como supervisor de la torre de control del AICM, y
quien no ha dicho esta boca es mía por aquel incidente y los tantos que ha
habido, y a pesar suyo y de la 4T y de la SICT que se han documentado, utilizó
su influyentismo, ese que tanto aborrece el presidente López Obrador, para
colocar... sí, para también darle chamba a su hija, Dulce María Hernández
Rosas... ¡Redoble de tambores!, como gerente de administración del Salón
Oficial del AICM desde el inicio de este sexenio. ¡Quihúboles! ¿No que ellos
eran diferentes?
Lo anterior, a pesar de que el Salón Oficial, desde el
31 de mayo de 2019, está a cargo de la Secretaría de Relaciones Exteriores y
está destinado a recibir y atender a altos funcionarios que viajan a México,
como presidentes, vicepresidentes, ministros, viceministros y embajadores, tal
como lo indica el instrumento jurídico 435176.
Además del pequeño detalle de que, por ley, aunque hay
quienes dicen “y no me vengan con que la ley es la ley”, la Cancillería es el
enlace con las actividades que involucran acciones de nuestro gobierno con el
exterior.
Aun así, la hija del exdirector de Seneam se ha mantenido en
la nómina del AICM como gerente del Salón Oficial y cobrando como tal, cobijada
por los tres directores que han pasado por el aeropuerto.
Si usted ingresa a la página del AICM sigue apareciendo en
funciones como tal, cobrando un sueldo de aproximadamente 62 mil pesos
mensuales.
Sin cargo ni funciones designadas, peeeero en conjunto con
el personal de seguridad del aeropuerto, se dedica a brindar un trato VIP
a pasajeros de diversa índole, solicitando, por no decir haciéndoles manita de
puerco, a las líneas aéreas para conseguirles ascensos gratuitos, algunos en
primera clase, así como exenciones de pagos por cambios de vuelo o exceso de
equipaje. Obvio, también les brinda pasos expeditos por los filtros de
seguridad, prácticamente sin revisión alguna –inhale y exhalé, pues seguro no
me lo podrá creer–, ya sea a cambio de que se pongan la del Puebla... sí,
de cobros en efectivo o pidiendo favores para sus familiares o amigos. ¡Así
como lo está leyendo!
El más reciente ejemplo
Además de contratar a su sobrino para trabajar con
ella, pues no se da abasto –¡no se rían!–, acaba de conseguirle chamba en otra
dependencia a una de las personas que colaboraban con ella. La catafixia se la
ganó Andrea Pérez Aboytes, quien era la asistente administrativa del Salón
Oficial, y quien pasó a ser la subdirectora de Operaciones Técnico
Administrativas de la SCJN, ya que el director general de Gestión
Administrativa de la Corte, Joel Barrientos Morales, le debe varios
favores.
Por la del Puebla, se ofrece…
Pero esto no es todo, también ha sido evidenciada por su
personal, de brindar el mismo trato VIP de neoliberales aspiracionistas, diría
AMLO, a funcionarios y amigos de algunas dependencias, como la misma Secretaría
de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes. Y aunque no estén para
saberlo, así trata también a muchos pasajeros que no cuentan con cargo público
alguno. Su personal, que está cansado de su prepotencia, y me pide guardar, por
seguridad, su identidad, me asegura que lo hacía charoleando por ser hija del
director del Seneam y sigue manteniendo una muy buena relación con Jorge
Arganis. ¿Qué pensará de esto el secretario?
Además, se ha tomado la atribución de administrar una sala
de juntas ubicada en la terminal 1 en su beneficio. Ahí, cada mes se reúnen
todas las autoridades del aeropuerto a tratar temas delicados en materia de
seguridad y de interés en la aviación, control de narcóticos, flujo migratorio,
funcionamiento y operaciones del aeropuerto, y el personal que le conoce
sabe que realiza sus reportes y utiliza esa información para su beneficio, pero
nadie dice nada por miedo.
La corrupción no se ha barrido…
Pues Dulce María mantiene el control sobre el personal de
seguridad del aeropuerto, principalmente de los elementos de seguridad
identificados como Sierras (los que traen chaleco naranja dentro del
aeropuerto) y quienes son los encargados de supervisar al personal de seguridad
de las empresas privadas, ya que desde antes de que ingresara el personal
de la Secretaría de Marina, mantenía muy buena relación con los que fueran el
subdirector de seguridad y el gerente de seguridad, con quienes, se sabe, traía
‘negocios’. También usa lugares de estacionamiento para sus familiares y
amigos, a pesar de que estos están limitados únicamente para el personal que
labora en el aeropuerto o usuarios que viajan y deben pagar muy caro por un
lugar. Eso a ella no le importa.
Nada de esto podría suceder sin la autorización de Carlos
Morán Moguel, pues él, siendo subsecretario, tenía a su cargo a Víctor
Hernández como director de Seneam, antes de ser degradado a ‘director’ del
AICM.
No hay comentarios :
Publicar un comentario