El 5 de mayo es una fecha muy importante para todos los mexicanos, pues se conmemora el día de la Batalla de Puebla, en la cual el ejército mexicano venció al ejército francés.
Cada ano se celebra en México, con orgullo y pasión, esta victoria con grandes
festejos, desfile militar y civil en la Ciudad de Puebla. La celebración
se ha extendido a Estados Unidos, donde algunos colectivos de Puebla aprovechan
para hacer desfiles y conciertos en los que festejan su origen mexicano con
comida típica y mariachis.
El 5 de mayo de 1862, el Ejército de
Oriente, comandado por el joven General Ignacio Zaragoza, derrotó a las tropas invasoras
de Napoleón III. La Batalla de Puebla representa uno de los episodios más
gloriosos de nuestra historia..
Con Benito Juárez como presidente, en
1861, México se declara financieramente en ruinas y tiene deudas enormes que
los conservadores contrataron con banqueros europeos para pagar la Guerra
de Reforma (1857). La deuda era de 80 millones de pesos:
69 millones para los ingleses
9 millones para los españoles
y 2 millones para Francia.
El 17 de julio de 1861, el presidente
Benito Juárez declaró una moratoria de dos años en el pago de deudas a
prestamistas extranjeros, pero la Alianza Tripartita amenazó con invadir
el país si no se saldaban por completo las deudas con los tres países
europeos. Juárez respondió con un exhorto para lograr un arreglo
amistoso. España e Inglaterra lograron negociar por la vía diplomática los
términos de pago de la deuda, pero cuando aún se realizaban las negociaciones, llegó
a Veracruz un contingente militar francés bajo el mando de Charles
Ferdinand Latrille, para luego atacar la ciudad de Puebla, nada menos que
con 6 mil tropas francesas.
El presidente Juárez sabía que había
una guerra inminente y se organizó para proteger la Ciudad de México
y ordenando la fortificación de Puebla. Creo también al Ejército de
Oriente, designando al mando al general Ignacio Zaragoza. El ejército
mexicano contaba apenas 2 mil hombres, entre los que había unos pocos soldados
y una gran cantidad de indígenas y guerreros de ascendencia mixta, dispuestos a
dar todo por su suelo.
Ampliamente superados, sin preparación
alguna y con una escasa administración, los combatientes mexicanos se
dirigieron al frente de batalla.
El día 5 de mayo de 1862, tras una de las
más duras batallas de la historia, los franceses terminaron por retirarse. El
saldo fue de más de 500 bajas en las líneas francesas contra apenas unas 100 en
las mexicanas.
Éste hecho se convirtió en un fuerte
símbolo de la resistencia y del poder mexicano, representando justamente una
victoria simbólica contra los grandes imperios.
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