Al menos 6 de cada 10 personas LGBT reportaron haber sufrido discriminación en el país, según Conapred.
En un país donde la discriminación prevalece pese
a los avances legales, Contrata LGBTIQ se ha convertido en una de las
primeras iniciativas mexicanas que inserta al mundo laboral a la comunidad
LGBT, incluyendo a personas migrantes.
Uno de los casos es Leonardo Martínez, de 27 años, quien
abandonó su hogar ante la exclusión que afrontó por su sexualidad, por lo que
se acercó a Casa Frida, el refugio LGBT que opera el programa, en
busca de una comunidad que lo apoyara e incluyera.
“Venía yo de una situación de casa complicada, mi salida del
clóset, varias situaciones difíciles ahí. Llegué aquí y se me abren las
puertas”, comenta Leonardo en entrevista con EFE desde Casa Frida, ubicada en
la alcaldía Iztapalapa, en el oriente de Ciudad de México.
De una situación de precariedad, Leonardo obtuvo un empleo
como supervisor en una empresa de restaurantes de comida rápida y
ahora vive en un departamento en una zona céntrica de la capital.
Aún así, lamenta que, como persona LGBT aún afronte “ciertas
limitantes o ciertas trabas” de compañías que todavía se guían por estereotipos relacionados
con la sexualidad.
“Afortunadamente hay lugares donde eso no importa, pero
sigue habiendo en la actualidad lugares donde no encajas con la imagen o no
eres parte de la imagen que la empresa quiere proyectar”, manifiesta.
La discriminación prevalece
El caso de Leonardo refleja la realidad de la comunidad
LGBT en México, que este 17 de mayo se suma a la conmemoración del Día
Internacional contra la Homofobia, Lesbofobia, Transfobia y la Biofobia.
En México, se estima que 11 por ciento de la población se
identifica como LGBT, lo que equivaldría a casi 14 millones de los 126 millones
de habitantes, según la encuesta LGBT+ Orgullo 2021 por de consultora Ipsos.
Pero al menos seis de cada 10 personas LGBT reportaron
haber sufrido discriminación en la última Encuesta sobre Discriminación
por Motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género (Endosig) del Consejo
Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) del Gobierno.
Además, el 51.6 por ciento de las personas LGBT denunciaron
que se les “negó injustificadamente” un empleo o un ascenso por su orientación
sexual, una proporción que crece a 65 por ciento en el caso de las personas
trans, revela la Endosig.
Por ello, para las personas LGBT “hay poca o nulas
posibilidades de encontrar un empleo digno, que sea seguro” y con
prestaciones de ley, expone a EFE Ian Hernández, coordinador de desarrollo
institucional de Casa Frida y el programa Contrata LGBTIQ.
“La comunidad trans, dentro de nuestra familia
LGBT, ha sufrido la mayor parte de la discriminación. Todes hemos vivido algún
tipo de rechazo en nuestros empleos, algún miedo, alguna falta de oportunidad
de crecer dentro de la industria”, indica Hernández.
Un refugio para la diversidad
Contrata LGBTIQ es parte de Casa Frida, un refugio que abrió
hace dos años, al inicio de la pandemia de COVID-19, para acoger a mexicanos,
mexicanas y migrantes que huyen de la violencia.
Desde entonces, por Casa Frida han pasado cerca de 330
personas, de las que cerca de 45 por ciento han conseguido alguna entrevista de
trabajo, además de recibir asesoría y talleres, precisa Hernández.
Además, el programa ha forjado alianzas con empresas
internacionales, como la cadena española de hoteles Ibis.
“Ha sido muy positivo y ha sido un trabajo en conjunto
porque muchas de estas empresas primero han dado el paso hacia nosotros, en
acercarse y decirnos: ‘tenemos algunas vacantes que quisiéramos compartirles’”,
señala Hernández.
Con el apoyo que ha recibido Leonardo, también ha crecido su
seguridad, por lo que ahora aspira a más, a terminar sus estudios y volver a un
área adminisrativa.
“Entonces (quiero) volver a lo mío, y claro, mejores
oportunidades laborales y prestaciones. Mi meta es tener algún trabajo más
remunerado, más estable y donde siga siendo yo”, concluye.
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