El 21 de marzo se
recuerda el nacimiento del benemérito Benito Juárez en el año 1806,
en San Pablo Guelatao, Oaxaca.
Su niñez fue bastante difícil y con escasos recursos a la edad de tres años quedo huérfano y tuvo que ser criado por sus abuelos, este de descendencia indígena de la cultura Zapoteca cuyo origen radica en el estado de Oaxaca donde ingresó al seminario; ahí concluyó estudios de Latín, Filosofía y Teología, no obstante todas estas enseñanzas recibidas no fueron suficientes para este gran intelectual, ya que le permitieron el ingreso al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, donde, en 1834, logró la licenciatura en Jurisprudencia y del cual más tarde sería rector.
Este tuvo la oportunidad de ser ministro de justicia y realizo una gran proeza, Benito Juárez buscaba promover la igualdad, por tanto disminuyo los privilegios que recibían tanto los clérigos como los militares.
Entre sus logros más rotundos que lo llevaron a ser parte de la historia de México fue su llegada a la presidencia, y en el 1857 segunda constitución dentro de la presidencia de Benito Juárez, este documento promulgo la Defensa nacional ante la invasión francesa.
Las convicciones de Juárez eran la justicia, igualdad y verdad; siempre será recordado por el legado y la sencillez la cual lo hacía más que una figura superior a todos, solo un líder portador de la voz de su pueblo y así mismo lo manifestó al afirmar, “Como hijo del pueblo nunca podría olvidar que mi único fin debe ser siempre su mayor prosperidad”, cada mexicano reconoce a este personaje y se le puede ver en el billete de 20 pesos.
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