El nuevo zar anticorrupción anticipa una mejor sintonía con la Fiscalía y se sacude las críticas que apuntan a una politización de la Unidad de Inteligencia Financiera con su llegada o a su falta de experiencia técnica para el cargo
Pablo Gómez (Ciudad de México, 75 años) ha llegado a su
nuevo cargo para desmantelar “el Estado corrupto”. Lo repetirá como un mantra
durante la entrevista por videoconferencia, poniendo ejemplos concretos durante
sus más de cuatro décadas de experiencia en la política mexicana, casi siempre
en la órbita de Andrés Manuel López Obrador. El
veterano diputado izquierdista acaba de ser nombrado nuevo zar
anticorrupción al frente de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF)
tras el
despido fulminante de Santiago Nieto, precipitado por su polémica boda en
Guatemala. La estela de su antecesor deja golpes
mediáticos a las redes financieras del crimen organizado y a la
corrupción de cuello blanco, como el caso Odebrecht. Marcando distancia,
Gómez resume su objetivo en “hacer las cosas cada vez mejor” y se sacude las
críticas que apuntan a una politización de la UIF con su llegada o a su falta
de experiencia técnica para el cargo.
Pregunta. Todo ha sido muy rápido. ¿Se esperaba el
nombramiento?
Respuesta. Obviamente no.
P. ¿Cómo está siendo el aterrizaje?
R. Estoy haciendo lo que hace cualquiera que llega a un
lugar y no conoce a las personas con las que va a trabajar: estudiar mucho.
Alguien me contó que cuando llegó el primer Gobierno socialista en España todo
era un desastre. Los ministros que tenían que contestar los teléfonos no sabían
si contestar o no. Estaban todos hechos bolas. Nunca habían tenido un cargo
público.
P. Aquello fue un cambio muy grande y una generación
muy joven.
R. ¿Y nosotros de dónde salimos? Llegamos por primera
vez al poder.
P. Bueno, usted tiene una trayectoria muy amplia, en la
militancia política y en el mundo parlamentario.
R. Pero nunca había estado en el Ejecutivo. Es la
primera vez este puesto.
P. ¿Con qué animo afronta el cargo?
R. Nosotros hemos tenido un Estado corrupto. Definido como
la incorporación a la gobernanza de sistemas de corrupción. Así ha sido desde
los años 50 del siglo pasado. El Estado corrupto tiende a ir absorbiendo,
incorporando más y más gente, más y más ámbitos. Opera no solamente como
Gobierno, como entidades públicas. También todas las empresas, las
organizaciones sociales, sindicatos empresariales. Todo, absolutamente todo.
También los Gobiernos e instituciones locales, las policías. Se creaban y se
deshacían sistemas. Esto siguió creciendo hasta que llegamos a un momento en el
periodo de Peña Nieto en que ya las cosas llegaron a un nivel muy alto.
P. ¿Es un sistema que incentiva la corrupción?
R. Más bien la hace necesaria. La UIF es una entidad
que antes casi no había sido usada o que era usada para la extorsión. No
combatió al Estado corrupto, era parte del Estado corrupto. Nuestro propósito
principal es brindar conocimiento para que otras autoridades lo utilicen para
perseguir la corrupción y desarticular los sistemas de corrupción que existen
en el país. Son muy complejos y siguen existiendo a pesar de que la dirección
gubernamental no es corrupta por primera vez en historia.
P. El anterior titular tuvo un perfil muy mediático.
¿Tiene pensado continuar en esa línea o un perfil más bajo?
R. Evidentemente que va a haber cambios porque las
personas le dan a su actuación en los órganos del Estado algo de su propia
personalidad. Pero no me preocupa que haya cambios o no. No vamos a compararnos
con nadie. No se trata de eso. No he venido aquí a hacer la crítica a la manera
de ser del anterior. Sería absurdo.
P. Qué responde a las críticas que apuntan a que su
perfil es más político que técnico o investigador.
R. A este cargo nunca ha llegado un investigador. Tampoco
un analista financiero. Yo hice un libro que se llama Los gastos secretos
del presidente hace ya años. Es un análisis del mecanismo de gasto
discrecional en manos del Ejecutivo desde la Revolución para acá. Un estudio
teórico y también técnico. Es una de mis actividades regulares. Lo hago cada
año. Las erogaciones discrecionales del presidente es uno de los instrumentos
que yo denuncié y molestó mucho al corrupto Estado corrupto. Lo denuncié en su
momento y el Gobierno del PAN no hizo nada.
P. Además contará con su equipo, donde habrá perfiles
más especializados.
R. Aquí hay gente que maneja una base de datos. Y son
muy buenos técnicos, pero pueden manejar la base de datos de esta institución o
la base de datos de un banco. Eso es lo suyo.
P. Otra crítica que se le hace es que va a prestar
más atención a la corrupción política que a la persecución, por ejemplo, del
lavado de dinero por parte del crimen organizado, como ha hecho su antecesor.
R. Esos críticos se ve que no conocen cómo
funciona esto. Eso que dicen no se puede. Nosotros somos una entidad que recibe
información sobre sujetos obligados del sistema financiero. Este es un mandato
legal. Hay una colaboración cotidiana con las entidades financieras. Es un
sistema que funciona automáticamente.
P. Pero la UIF también puede tomar la iniciativa...
R. Cuando vemos las alarmas tomamos las decisiones que
debemos tomar. Pero hay una serie de actividades que son sistemáticas. Fuera de
eso, está también la estrategia que desarrolla el Gobierno y la unidad, pues
tiene que orientarse de acuerdo a ella. Porque el análisis se hace con datos
que provienen de una madeja de instancias: Seguridad Pública, Fiscalía,
Inteligencia, etcétera.
P. Con el reciente operativo en Guadalajara contra el Cartel
Jalisco Nueva Generación, ¿van a acompañar ustedes esta estrategia? Su
antecesor puso especial atención este grupo.
R. No solamente con este. Lo que pasa es que estos
grupos encuentran formas de utilizar el sistema financiero cada vez más
sofisticadas y más encubiertas. Nosotros pretendemos hacer las cosas cada vez
mejor. Además hay que tener en cuenta que formamos parte de un sistema
internacional. No somos una ínsula. Vamos a tener de hecho una reunión de
expertos a nivel internacional en materia de lucha contra el lavado de dinero y
el financiamiento del terrorismo.
P. En la última audiencia de Emilio Lozoya, el
representante de la UIF dijo que tenían listas más denuncias por el caso
Odebrecht.
R. El caso de Odebrecht es un fenómeno
continental que ha tenido consecuencias en muchos países y en México se rezagó.
Por razones obvias, el Gobierno pasado es parte del caso. La UIF ha hecho un
análisis muy a fondo, pero no hemos cerrado nada todavía.
P. Siguen avanzando en sus investigaciones...
R. Hay una serie de preguntas que todavía no han sido
respondidas. Tenemos personas morales bloqueadas con ese motivo, que no tienen
acceso al sistema financiero mexicano. La UIF bloquea personas. No bloquea
cuentas.
P. ¿Está la UIF investigando a Videgaray y Peña Nieto
por el caso Odebrecht?
R. Estamos siempre obligados a ver las partes
relacionadas. Pero no podemos nosotros hacer todo el trabajo. Nuestro marco es
la inteligencia financiera y hay autoridades que se encargan de la
inteligencia, digamos, en el terreno. Nosotros estamos esperando que nos
requieran informaciones derivadas de vínculos personales y del dinero que haya
corrido en esa relación. De eso nos encargamos nosotros. Pero si no hay esa
colaboración, las entidades que se dedican a estas cosas llegan a un momento en
que ya llegaron a un tope y no pueden avanzar más. Tiene que haber una
colaboración. Nosotros estuvimos esperando que la estrategia del fiscal con
Lozoya diera mayores frutos.
P. Pero no los ha dado.
R. Bueno, dio algunos.
P. Llegó a haber filtraciones el año pasado sobre
supuestas imputaciones de la Fiscalía a Videgaray e incluso a Peña Nieto
gracias a las acusaciones de Lozoya. Pero se han ido diluyendo.
R. Yo no veo que nada se diluya. Lozoya ha estado en su
casa producto de un acuerdo con el fiscal y en un momento dado el fiscal cambia
la estrategia. Estos procesos son largos. Y estas cosas tienen que ir
avanzando. Y también el Gobierno tiene que poner mucho énfasis en colaborar con
el ministerio público y con el Poder Judicial para que todo tenga el curso que
tiene que tener. Y en eso estamos trabajando.
P. ¿Cómo es su relación con el Fiscal general,
Alejandro Gertz, tras los desencuentros con su antecesor?
R. Muy buena. Él me apoyó cuando yo estaba en el juicio
político de la Estafa Maestra y yo lo apoyé a él en todo lo que solicitó cuando
estaba yo en la sección instructora de la Cámara de Diputados. Para los casos
de desafuero que él había solicitado. Incluso nos permitió el acceso a los
expedientes de la estafa reconociéndonos plenamente como autoridad, como instancia
jurisdiccional en el Estado mexicano, cosa que no todo el mundo reconoce.
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