CIUDAD DE MÉXICO. Más de 40 mil huesos de mamut, camello y caballo, ubicados entre el año 30 mil y 11 mil 700 a.C., han sido rescatados en las excavaciones del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles de Santa Lucía (AIFA), en Zumpango, Estado de México, además de 100 entierros humanos y 100 vasijas que datan de los años 600 d.C. al 1520 d.C. de la cultura coyotlatelca.
Así lo dice a Excélsior el arqueólogo Rubén Manzanilla López, director del proyecto de salvamento paleontológico y arqueológico en Santa Lucía, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a 210 días de la inauguración del AIFA.
El experto detalló que ya han ubicado casi 500 puntos de hallazgo y hasta ahora han recuperado 480 fragmentos óseos de mamut, de los cuales 70 son casi completos, así como los restos de 180 camellos, 45 caballos y algunos ejemplares de perezoso terrestre, gliptodonte y colmillos de tigre diente de sable, lo que la convierte en la colección osteológica más importante del país.
Explica que se han ubicado 70 puntos de hallazgos que no serán explorados para que éstos queden como reserva arqueológica de futuras investigaciones, donde se ha determinado que no se colocará estructura ni edificio alguno.
Esas áreas delimitadas cuentan con coordenadas, están en una base de datos y del sistema de información geográfica, por lo que han sido ubicadas como áreas verdes desde inicio del proyecto, dice.
Además, revela que existe un proyecto paralelo en el AIFA –integrado por paleontólogos, vulcanólogos, sedimentólogos y una palinóloga– que estudian los ácidos residuales en las excavaciones, lo que aportará información sobre la prehistoria de México y qué fue lo último que comieron estos mamuts.
¿Se ha detectado relación entre humanos y mamuts en esta zona?, “No tenemos evidencia de interacción con humanos. Sí sabemos que hubo cacería en el sitio de Tultepec, a 9 km de Santa Lucía, pero en este caso parece que a los cazadores no les llamaba la atención esta zona para cazar o, quizá, se trate de individuos más antiguos que las áreas de cacería de Tultepec”.
Esto significa que los restos humanos recuperados datan de siglos posteriores. “Hemos recuperado más de 100 entierros humanos del 600 d.C a 1520 d.C., pero corresponden a pequeños asentamientos de la zona que se dedicaban a la agricultura y al aprovechamiento del Lago de Xaltocan”.
Entre los hallazgos se suman objetos utilizados para la pesca, balas para cerbatana y puntas de proyectil, abunda.
¿Han obtenido más información sobre dicho asentamiento? “Se sabe que la gente de Coyotlatelco convivió con los últimos habitantes de Teotihuacan, era gente de diferentes etnias quienes venían de lo que hoy es Hidalgo, Querétaro y Guanajuato, quienes aprovecharon la caída de Teotihuacan para poblar esta zona. Sin embargo, este grupo desapareció cuando surgió el estado de Tula, pero no se sabe si se integraron a los toltecas o qué pasó”. En el caso de la cerámica recuperada, añade, “tenemos más de 100 vasijas en proceso de restauración, algunas ya restauradas”, pero su estudio muestra peculiaridades en su estilo de fabricación y en su decorado.
Por eso ha sido complicado definir a la cultura coyotlatelca, ya que cada área que se identifica tiene sus propios patrones decorativos, ya que no es lo mismo el coyotlatelco de Cuauti-
tlán que el de Azcapotzalco o el de Toluca. En Santa Lucía tiene aspectos especiales, porque no son los mismos colores y sus diseños varían. Sin embargo, su estudio permitirá entender esta variación y apuntalar las diferencias en este grupo”.
Por último, comenta Manzanilla López que parte de la colección osteológica se llevará a la sala de arqueología del Museo Militar de Aviación, otra más quedará en la Reserva Museológica de Santa Lucía para sus exposiciones temporales y una más será para impulsar los estudios que realicen los expertos del INAH.
ALISTAN MUSEO INTERACTIVO
El Museo de sitio del AIFA contará con seis salas de 180 a 200 metros cuadrados y su discurso museográfico es realizado por investigadores del INAH.
En éstas se exhibirán mandíbulas y cabezas de mamuts, así como huesos de camello, caballo, gliptodonte y de perezoso terrestre que convivieron en dicho espacio.
En otra sala exhibirán el Mamut del Frente 16, uno de los ejemplares más completos hallados en el sitio, para lo cual el INAH solicitó a una empresa el armado de una estructura de metal de acero inoxidable que permita a la osamenta permanecer en pie.
No se agregaron más individuos para exhibición porque se vio que el proceso de restauración lleva varios meses y se prefirió concentrarnos en un individuo que tendrá un lugar preponderante en la exhibición”, explica Manzanilla.
Además, contará con una sala de audiovisuales, otra con interactivos y una más para exposiciones temporales. “Será un museo completo, muy didáctico y bien hecho”, explica.
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