Homenaje a una intachable lideresa y gran ser humano
Por: Juan Manuel Padrón Lara
Hace 19 años Martina Zamora Arenas concentró en el pueblo histórico de Santa Clara Coatitla municipio de Ecatepec a la prensa nacional e internacional para cubrir un movimiento católico social contra el recién llegado Obispo de Ecatepec Onésimo Cepeda Silva quien, apenas estaba instalando la nueva Diócesis de Ecatepec que se desprendía de las de Texcoco y Tlalnepantla.
La hoy llorada Martina Zamora Arenas acompañada por más de 300 feligreses encabezó el gran movimiento, inédito contra un personaje de la iglesia católica mexicana, como es Onésimo Cepeda Silva que además había sido secretario particular del Obispo de Cuernavaca Sergio Méndez Arceo.
Los feligreses de Santa Clara Coatitla, pueblo histórico del municipio de Ecatepec por más de siete horas bloquearon la autopista México-Pachuca por donde circulan a diario cetenares de vehículos de carga y transporte publico.
La protesta contra el recién llegado Obispo Cepeda Silva fue por la presunta imposición de un sacerdote que según dijeron era ahijado del Obispo.
Los feligreses valientemente mantuvieron cerradas las parroquias y dos capillas de Santa Clara Coatitla para evitar la entrada del vicario.
Este movimiento tuvo tanta connotación que llegó al propio Vaticano quien ordenó a su representación en México a intervenir.
Cepeda Silva fue obligado por el movimiento que encabezó Martina Zamora Arenas a ceder en la pretendida imposición de imponer al sacerdote Fernando Uribe Quintero como párroco del lugar.
La historia es larga sobre este asunto con pancartas, reprobaron que el prelado quieria pesar de todo, imponer al párroco Fernando Uribe Quintero, y exigieron su inmediata remoción. De no hacer caso el obispo, amenazaron con acudir a la Secretaría de Gobernación.
Los manifestantes esperaron por más de cinco horas al titular de la diócesis, a quien convocaron a la manifestación para un diálogo. Pero alrededor de las cinco de la tarde retiraron el bloqueo tras recibir una carta de él, en la que se compromete a dar una respuesta positiva respecto a la destitución de Uribe Quintero, como uno de los encargados del templo local.
En la carta, firmada por el secretario y notario mayor de la Diócesis de Ecatepec, Vicente María Guada y Godoy, se indicó que Onésimo Cepeda en breve dará una respuesta positiva sobre la destitución de Uribe Quintero.
No obstante, el clima de tensión prevaleció en el lugar debido a que hay oposiciones encontradas. Algunos vecinos apoyan la decisión del obispo de Ecatepec en tanto que otros advierten que no aceptarán el regreso del padre Uribe Quintero para poder reabrir la iglesia del lugar.
DICE QUE SOMOS VACAS. Según Rosenda Ramírez, al sacerdote poco le faltaba para decir groserías, ya que, dijo, "nos decía que somos unas vacas y que a él le damos ganas de vomitar; dice que los ancianos nada más van a estorbar a la iglesia y que no los quería ver y además que somos unos pecadores pues para eso está la iglesia ¿no?".
Ni el sol ni la lluvia detuvo a estos católicos, quienes muy temprano iniciaron su bloqueo con pancartas y estandartes con la imagen de Santa Clara, provocando un severo caos vial en la zona norte de la capital.
Y mientras algunos bloqueaban la carretera federal a Pachuca, a la altura del Cerro Gordo, otros permanecieron en las inmediaciones del templo de Santa Clara Coatitla, con el propósito de evitar que las autoridades eclesiásticas lo reabrieran y continuara en el puesto Fernando Uribe.
Los inconformes afirmaron que no tienen que pedir perdón a nadie, y no aceptarán el del sacerdote, y exigieron a gritos al obispo Cepeda que "se lleve" a su sacerdote, por prepotente y descortés, sobre todo con las personas de la tercera edad.
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