El Papa rezó el Ángelus asomado a un balcón del décimo piso del hospital de Roma Policlínico Gemelli donde se recupera de la operación de colon a la que fue sometido el domingo pasado. El pontífice elogió la sanidad y la importancia de que sea “accesible para todos”.
“En estos días de hospitalización, he experimentado lo
importante que es un buen servicio sanitario, accesible a todos, como el
que hay en Italia y en otros países. Un sistema sanitario que garantice un buen
servicio accesible para todos”, dijo Francisco de 84 años al que le acompañaban
varios niños pacientes del departamento oncológico del hospital. Así,
exclamó: “No se venden las instituciones sanitarias en crisis…”.
Hasta las inmediaciones del hospital se trasladaron desde
las primeras horas decenas de fieles que le gritaron “Viva el Papa” y “Te
queremos mucho” cuando lo vieron. Debido a las altas temperaturas, que han
alcanzado los 30 grados en Roma, varios voluntarios repartieron entre las
presentes botellas de agua.
El Papa Francisco reza el Ángelus desde el balcón del
hospital
Se trata de la primera aparición pública del pontífice tras
la operación por un problema de obstrucción en el colon, debido a una
diverticulitis grave que le provocó un estrechamiento en el intestino.
El Papa instó a no “perder este bien tan precioso” en referencia
a la sanidad pública. Y agregó: “¡Tenemos que mantenerlo! Y para ello
debemos esforzarnos todos, porque sirve a todos y requiere la contribución de
todos”.
El Papa quiso expresar su “aprecio” y su “aliento a los
médicos y a todo el personal sanitario y hospitalario”: “Recemos por todos
los enfermos, especialmente por los que se encuentran en las condiciones más
difíciles: que no se deje a nadie solo, que todos reciban la unción de la
escucha, de la cercanía y del cuidado”.
No es la primera vez que un pontífice celebra el rezo
dominical desde ese hospital romano. Juan Pablo II fue ingresado allí en
varias ocasiones por sus problemas de salud.
De hecho, Francisco está internado en la misma habitación
del décimo piso del hospital de Roma donde se recuperó el papa polaco
después del atentado que sufrió en la plaza de San Pedro en 1981. San Juan
Pablo II estuvo allí ingresado tras su operación por un tumor de colon en 1992
y hasta solía llamarlo “Vaticano III” con cariño por la cantidad de veces que
estuvo ingresado. En el décimo piso del hospital hay habilitada una zona más
reservada que consta de un apartamento y una pequeña capilla.
El domingo 26 de julio de 1992, Juan Pablo II rezó el
Ángelus desde la habitación y al final de la meditación dominical, se
asomó a la ventana para saludar a los numerosos fieles que se habían dado cita
delante del hospital.
En 1996 San Juan Pablo II volvió a celebrar desde ese
hospital el rezo dominical. Un gesto que repitió en 2005, justo un mes
antes de morir, cuando logró asomarse, pese al avanzado estadio de
enfermedad de Parkinson que sufría.
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