Estados Unidos, Australia, Suiza, Japón, la Unión Europea y Brasil se han opuesto a liberar las patentes; la OMC busca acelerar la vacunación mundial.
Los principales países donde se fabrican productos
farmacéuticos bloquean desde hace medio año en la Organización Mundial del
Comercio (OMC) propuestas para suspender las patentes de las vacunas
contra Covid-19, un impasse que el organismo intentará resolver con una
cumbre la próxima semana.
La reunión, el 14 de abril, intentará sentar sobre la mesa
no sólo a los gobiernos de los dos bloques enfrentados sino también a las
farmacéuticas, para buscar vías intermedias que permitan aumentar la
producción de vacunas y acelerar el proceso de inmunización contra
Covid-19.
La nueva directora apuesta por una tercera vía
Fuentes de la OMC recordaron que esta cumbre es una de
las primeras iniciativas de la nueva directora general de la Organización, la
nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, quien tiene un perfil ideal para mediar en
el actual bloqueo, pues conoce personalmente los dos lados enfrentados.
“Antes fue responsable de la Alianza por las Vacunas GAVI
(responsable actualmente de distribuir vacunas anticovid en los países pobres)
y plantea no eternizar el actual debate bizantino, sino conseguir
resultados inmediatos “, destacan las fuentes.
Su pasado en GAVI le permite comprender la urgencia de
muchos países, sobre todo los de menores recursos, por facilitar de alguna
forma la producción y distribución de vacunas.
Una vía sería suspender las patentes que las protegen
de ser copiadas, como piden países como India o Sudáfrica, y otra
consistiría en acuerdos que aumenten la disponibilidad de las codiciadas dosis.
Al mismo tiempo, Okonjo-Iweala, primera mujer y primer líder
africana en encabezar la OMC, ha ocupado cargos como el de directora gerente
del Banco Mundial, que le han permitido acercarse a las posiciones de los
países desarrollados, muchos de los cuales se han opuesto a liberar las
patentes en los debates ocurridos en la OMC.
Entre ellos están Estados Unidos, Australia, Suiza,
Japón y la Unión Europea, así como Brasil, entre otros.
El argumento general es que la defensa de la propiedad
intelectual es indispensable y lo que ha permitido que se hayan desarrollado
varias vacunas contra Covid-19 en apenas un año, por lo que se oponen a
dejar en suspenso los derechos de propiedad intelectual sobre las vacunas.
Otro argumento que mantienen es que suspender las patentes
no serviría de mucho, ya que muchas de las vacunas anticovid, especialmente las
que utilizan la innovadora tecnología del “ARN mensajero”, no podrían
fabricarse en países en desarrollo que no cuentan con las infraestructuras y el
conocimiento necesarios.
Dos décadas de patentes
Las patentes normalmente tienen una vigencia de 20 años,
aunque no es necesario que una empresa farmacéutica o de cualquier otro sector
espere ese tiempo para poder negociar con otras firmas acuerdos bilaterales.
Según datos de la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual (OMPI) en el año 2020 hubo unas 10,700 nuevas solicitudes de
patente en el sector farmacéutico, uno de los que más rápidamente creció
en el primer año de pandemia (un 10% interanual).
Ese sector es además uno de los que más inversión en
investigación y desarrollo concentra en el mundo (un 18% del total, sólo detrás
de la electrónica), con un crecimiento medio anual en torno al 3% en los
últimos 20 años.
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