El Santo Padre ha retomado el ritmo normal de sus actividades y esta última semana sostuvo distintos encuentros públicos. Durante el Ángelus dominical, además, anunció la instauración de una Jornada Mundial para los Abuelos y los Mayores.
La paciencia y la esperanza son dos virtudes que el
Pontífice animó a vivir a todos los que el día de la Fiesta de la Presentación
del Señor celebraron la 25ª Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Son dos
actitudes esenciales para todos los cristianos que, además, han de escuchar la
voz llena de autoridad de Jesús, que quiere sanarnos. Así lo explicó en su
meditación durante el Ángelus del domingo. Además, el Sucesor de Pedro, entre
otros mensajes, insistió esta semana en la necesaria vinculación que ha de
existir entre la vida litúrgica y la oración, para que la espiritualidad que se
cultive sea sana y eclesial.
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