El pasado 15 de febrero, la Comisión Federal de
Competencia Económica, Cofece, emitió una opinión respecto a las reformas a
la Ley de la Industria Eléctrica, que fueron aprobadas por la Cámara de
Diputados hace un par de días.
En ella, recomendó al Congreso no aprobar la reforma en
los términos propuestos porque “podría afectar severamente el proceso de
competencia y libre concurrencia en los eslabones de generación y
comercialización de energía eléctrica”.
Los diputados ignoraron la recomendación de la Cofece.
Remitida la reforma al Senado, todo indica que los siguientes días seguirá un
curso semejante al de la Cámara de Diputados.
Por ello, lo más probable es que se vuelva a emprender
una nueva controversia en cuanto la reforma a la ley sea votada por los
senadores y publicada en el Diario Oficial.
Igualmente, tras su publicación, lo más probable es que haya
empresas privadas que se sientan afectadas en sus derechos y promuevan amparos.
Uno de los escenarios probables es que, tras varios
meses de litigios que transiten por juzgados y tribunales, al final de cuentas
el tema llegue a la Suprema Corte.
Y, además, lo más probable es que, por su trascendencia, se
proponga que el asunto sea discutido y votado en el Pleno.
En el caso de la Política Eléctrica propuesta el año pasado
por la Secretaría de Energía, la controversia fue planteada por la Cofece el 22
de junio. La Segunda Sala de la Corte votó el tema el 3 de febrero. Es
decir, el proceso previo a la votación fue de siete meses y poco más
de una semana.
Si, por ejemplo, la Cofece planteara en esta ocasión su
controversia en la última semana de marzo (antes de la Semana Santa), un lapso
semejante llevaría la votación a noviembre.
Sin embargo, si la publicación de la reforma en el DOF se
hiciera a mediados o finales de abril, no sería nada difícil que la votación en
el Pleno correspondiente a este tema ocurriera en diciembre de este año o
incluso en enero de 2022.
Y, para entonces, habría un nuevo ministro o ministra.
El próximo 12 de diciembre concluye su periodo en la Corte
el ministro Fernando Franco, integrante de la Segunda Sala, quien fue uno
de los que votaron a favor de la controversia constitucional promovida por la
Cofece.
Franco ha sido un ministro liberal y procompetencia,
por lo que es probable que, si se sometiera a la Corte la controversia respecto
a las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica, votaría en el mismo sentido,
respaldando la competencia.
Hasta ahora, la nueva administración ha nombrado tres
ministros. Sabemos que la ministra Esquivel –una de ellas– votó en contra de la
controversia de la Cofece. No conocemos el sentido que hubiera tenido el voto
de la ministra Ríos Farjat y del ministro González Alcántara,
pero no es nada remoto que hubieran sido en el mismo sentido que el de
Esquivel.
El ministro presidente, Arturo Saldívar, en ocasiones
ha votado a favor de las propuestas del gobierno, pero no en todos los casos.
Y, también tiene inclinaciones a favor de la competencia económica. Por lo que
no es seguro su voto a favor de una reforma anticompetitiva.
Los otros ministros seguramente votarían a favor de la
controversia de la Cofece, por sus antecedentes y visiones. Es decir, podría
darse un escenario de 8 votos a favor de la Cofece por 3 en contra… si el
asunto se dirime mientras el ministro Franco siga en su cargo.
Pero si la votación ocurre después de su salida, un
ministro cercano a López Obrador podría inclinar la balanza a favor de la
reforma aprobada, pues una votación de 7 a 4 a favor de la Cofece no
sería suficiente para declarar inconstitucional la reforma a la ley eléctrica.
La ratificación de los nombramientos de los ministros de la
Corte en el Senado exige mayoría calificada.y no solo por el asunto eléctrico.la
discusión en el Senado va a echar chispas Tenga la certeza de que tanto
por este asunto como por lo que representa ser el cuarto ministro designado por
AMLO, en esta ocasión
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