Las centrales de abasto en el país, punto de altísima
incidencia de contagio y muertes por la pandemia de CORONAVIRUS, son el principal
punto de mercadeo y distribución de productos alimenticios en el país, en la
región central, como es el caso de Iztapalapa.
Ahí, en esa zona, se estima que miles de personas han
perdido la vida, en el Valle de México, específicamente la entidad mexiquense
el centro de abasto de Tultitlán, hay cálculos conservadores, que más del 40
por ciento de quienes ahí laboran, han fallecido o han sido contaminados, otro
tanto ocurre en Ecatepec.
Esta situación, en grado de alarmante, no ha sido motivo o
causal, para que las autoridades sanitarias, hayan considerado como prioritaria
su atención en la toma de medidas preventivas
Este gravísimo problema, dio la pauta para que la Diputada
Federal Carolina García Aguilar haya presentado y logrado, ser aprobado un PUNTO
DE ACUERDO de urgente necesidad, que, en su esencia, la iniciativa de la legisladora
se destaca que debe darse prioridad a este sector, para ser atendido en el Plan
Nacional de Vacunación porque debe recordarse que es la base del abastecimiento
alimenticio en la población.
Destaca, la propuesta de la diputada federal Carolina García
Aguilar, que las personas que laboran en los centros de abastos deben estar
incluidos en el Plan Nacional de Vacunación, para ser vacunadas de manera
prioritaria.
Es importante destacar que tanto la Central de Abasto de
Iztapalapa, como las que se ubican en el interior del país y en el Valle de México,
simplemente no pueden suspender sus actividades, porque caeríamos a una catástrofe
alimenticia, que se convertiría en una gran hambruna, que desestabilizaría todo
el país.
Los comerciantes, llamados coloquialmente bodegueros, como
personal administrativo, trabajadores operativos, reconocen textualmente que “No
importa cuán grave ha sido el brote, el mercado nunca se ha cerrado
completamente. No podría. México lo necesita demasiado"
"La hambruna, llevaría, al país a una de la más grave
crisis social y como consecuencia a una desestabilización política, que podría
desbordarse en enfrentamientos, con consecuencias funestas, por las luchas de satisfacer
las necesidades alimenticias y por ende al reclamo político airado"
Recordemos que la Central de Abasto de Iztapalapa de la ciudad
de México, se extiende a lo largo de 327 hectáreas con interminables corredores
de frutas y verduras que abastecen el 80 por ciento de la capital y el 30 por
ciento de la nación, cada día llegan camiones de prácticamente todos los
rincones del país, transportando aguacates, melones, piñas y cebollas por
toneladas.
En el punto de acuerdo presentado por la diputada federal
Carolina García Aguilar, se destaca aspectos como que, al principio, cuando la
epidemia comenzó en México, en marzo, más de 100.000 personas trabajaban allí vendedores,
compradores, conductores, limpiadores e incluso un mes después, casi nadie en
el mercado llevaba cubrebocas.
Las especulaciones, sobre la forma de operar de estos
centros de distribución y comercialización de productos alimenticios que más
allá de la canasta básica, llegaron a comentarse, peyorativamente que:
“Creo que se lo inventaron para subir los precios a los
pobres”, se decía un comprador circunstancial sobre el virus, mientras ponía un
saco de 22,6 kilos de ejotes en un estante. “No sería la primera vez”.
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