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jueves, 4 de febrero de 2021

Centrales de Abasto en alarmante crisis por contagio de COVID 19, urge ser atendido de manera prioritaria en el Plan Nacional de Vacunación.



Carolina García Aguilar Diputada Federal 



Las centrales de abasto en el país, punto de altísima incidencia de contagio y muertes por la pandemia de CORONAVIRUS, son el principal punto de mercadeo y distribución de productos alimenticios en el país, en la región central, como es el caso de Iztapalapa.

Ahí, en esa zona, se estima que miles de personas han perdido la vida, en el Valle de México, específicamente la entidad mexiquense el centro de abasto de Tultitlán, hay cálculos conservadores, que más del 40 por ciento de quienes ahí laboran, han fallecido o han sido contaminados, otro tanto ocurre en Ecatepec.

Esta situación, en grado de alarmante, no ha sido motivo o causal, para que las autoridades sanitarias, hayan considerado como prioritaria su atención en la toma de medidas preventivas

Este gravísimo problema, dio la pauta para que la Diputada Federal Carolina García Aguilar haya presentado y logrado, ser aprobado un PUNTO DE ACUERDO de urgente necesidad, que, en su esencia, la iniciativa de la legisladora se destaca que debe darse prioridad a este sector, para ser atendido en el Plan Nacional de Vacunación porque debe recordarse que es la base del abastecimiento alimenticio en la población.

Destaca, la propuesta de la diputada federal Carolina García Aguilar, que las personas que laboran en los centros de abastos deben estar incluidos en el Plan Nacional de Vacunación, para ser vacunadas de manera prioritaria.

Es importante destacar que tanto la Central de Abasto de Iztapalapa, como las que se ubican en el interior del país y en el Valle de México, simplemente no pueden suspender sus actividades, porque caeríamos a una catástrofe alimenticia, que se convertiría en una gran hambruna, que desestabilizaría todo el país.

Los comerciantes, llamados coloquialmente bodegueros, como personal administrativo, trabajadores operativos, reconocen textualmente que “No importa cuán grave ha sido el brote, el mercado nunca se ha cerrado completamente. No podría. México lo necesita demasiado"

"La hambruna, llevaría, al país a una de la más grave crisis social y como consecuencia a una desestabilización política, que podría desbordarse en enfrentamientos, con consecuencias funestas, por las luchas de satisfacer las necesidades alimenticias y por ende al reclamo político airado"

Recordemos que la Central de Abasto de Iztapalapa de la ciudad de México, se extiende a lo largo de 327 hectáreas con interminables corredores de frutas y verduras que abastecen el 80 por ciento de la capital y el 30 por ciento de la nación, cada día llegan camiones de prácticamente todos los rincones del país, transportando aguacates, melones, piñas y cebollas por toneladas.

En el punto de acuerdo presentado por la diputada federal Carolina García Aguilar, se destaca aspectos como que, al principio, cuando la epidemia comenzó en México, en marzo, más de 100.000 personas trabajaban allí vendedores, compradores, conductores, limpiadores e incluso un mes después, casi nadie en el mercado llevaba cubrebocas.

 Pero el tráfico peatonal disminuyó hasta casi detenerse, alimentando más la ira por las pérdidas de los negocios que la precaución. Los funcionarios pusieron carteles advirtiendo sobre la COVID-19 e instaron a los trabajadores a que reportaran si se enfermaban. Al principio, la mayoría los ignoró.

Las especulaciones, sobre la forma de operar de estos centros de distribución y comercialización de productos alimenticios que más allá de la canasta básica, llegaron a comentarse, peyorativamente que:

“Creo que se lo inventaron para subir los precios a los pobres”, se decía un comprador circunstancial sobre el virus, mientras ponía un saco de 22,6 kilos de ejotes en un estante. “No sería la primera vez”.



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