Mario Delgado ante el dilema de encuestas transparentes
El próximo desenlace de las candidaturas a diputaciones
locales y alcaldías mexiquenses por Morena y sus aliados PT y Nueva Alianza no
se definirá por las decisiones de la Comisión Coordinadora de la Coalición
JUNTOS HAREMOS HISTORIA EN EL ESTADO DE MÉXICO, sino por los acuerdos cupulares
entre los distintos grupos políticos, donde el partido mayoritario llevará mano
en las designaciones de los principales distritos y municipios, como se
estableció en el documento protocolizado y firmado entre sus representantes.
La incógnita a resolver será conocer a detalle el método de
las encuestas que determinarán a los ganadores y la forma en que aplicarán realmente
la equidad en una justa repartición, para no caer en el supuesto de la
violencia política de género, por la que el Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación (TEPJF), sancionó al legislador petista, Gerardo
Fernández Noroña.
De que se tenga memoria, los sondeos de opinión para
determinar candidatos ha sido motivo de desencuentros y pugnas internas entre
los morenistas, empezando con la polémica encuesta que, en el otoño del 2017,
dejó fuera de la candidatura del gobierno de la Ciudad de México al hoy líder
del Senado y en su momento delegado en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, quien
pataleó ante unos resultados que favorecieron a la hoy Jefa de Gobierno,
Claudia Sheinbaum.
Según las encuestadoras, Monreal llevaba amplia ventaja y encabezaba las preferencias, pero de acuerdo a los resultados de la Comisión Nacional de Elecciones, el aspirante quedó en un lejano cuarto sitio por lo que acusó al órgano partidista de “falta de oficio político” y hasta lanzó la amenaza de que “con o sin Morena, sería candidato al gobierno capitalino”. Situación que no ocurrió, al canjear su aspiración por el liderazgo de la Cámara Alta.
Feministas a romper techos de cristal
Desde entonces, nadie sabe a ciencia cierta cómo funcionan
las encuestas del hoy partido en el poder, en cuyos militantes y simpatizantes
prevalecen más dudas que certezas luego de que la ex dirigente, Yeidckol
Polevnsky, descubriera y explicara en un video, tras su derrota ante Mario
Delgado, la infinidad de irregularidades de la medición que en solo una semana
le hizo remontar al alfil del canciller, Marcelo Ebrard, los 20 puntos de
ventaja que le aventajaba Porfirio Muñoz Ledo.
También en la estrepitosa derrota de Morena en Hidalgo, sus
líderes locales y militantes se quedaron en la incertidumbre de saber si
realmente se habían realizado o no las encuestas que curiosamente llevaron a
las candidaturas a incondicionales del hoy huésped en Almoloya, Gerardo Sosa
Castelán, dueño absoluto del Grupo Universidad y de la Máxima Casa de Estudios
de ese estado, acusado de lavado de dinero por más de 150 millones de dólares.
¿Ocurrirá lo mismo en el Estado de México? Por ejemplo, ¿se
repetirá la historia de Ricardo Monreal en quien se dice puntero en Ecatepec,
de acuerdo a sondeos publicados profusamente en medios locales y
nacionales?
¿Ahora sí se dará informará de manera pública a
simpatizantes, militantes y dirigentes del método de las encuestas para dar
certeza al proceso? O, como ya lo ha dicho su líder nacional, Mario Delgado, el
contenido se guardará celosamente bajo siete llaves, en una cerradura con forma
de “dedazo”.
Al revisar el anexo de los coaligados, es evidente que
Morena dejó la “morralla” a sus aliados: municipios como Toluca, Neza,
Tlalnepantla, Naucalpan y, por supuesto, Ecatepec, serán encabezados por sus
candidatos; 16 serán para el PT, destacando entre los más importantes
Huixquilucan y Metepec; y siete serán para Nueva Alianza, entre estos, Chapa de
Mota y San José del Rincón. De los 44 distritos, cinco serán para el PANAL y
cuatro para el Partido del Trabajo.
Hasta aquí todo parece ir bien, pero salta a la escena, el asunto de la equidad de género: ¿Cuántas de las postulaciones a curules locales y ayuntamientos de la triada aliancista serán para mujeres?
La alianza al filo de la violencia de género
Al respecto, en su cláusula décima del convenio electoral,
se establece: “Los partidos políticos coaligados se comprometen a garantizar el
respeto absoluto al Principio de Paridad en las candidaturas en su vertiente horizontal, vertical y
transversal, así como en su caso, se debe cumplir con los bloques de competitividad a las candidaturas al postular, así
como cumplir con las acciones afirmativas que se deban atender por ministerio
de ley”.
A reserva de que los dirigentes expliquen –de ser posible,
con manzanitas--, el misterio geométrico de su vertiente horizontal, vertical y
transversal, tenemos entendido que, al menos en Morena, hay tres divisiones de
los llamados bloque de competitividad, que se miden en alto, medio y bajo,
dependiendo de la importancia electoral de cada municipio; es decir, donde el
partido puede tener mayor rentabilidad de votos y posibilidades de triunfo.
En este esquema, sin duda que Ecatepec se ubica en el nivel
alto y estará por verse, como en el resto de alcaldías de esta misma
clasificación, cuántas mujeres será consideradas para competir, pero, sobre
todo, cuáles serán los criterios a seguir para hacer valer la equidad de género
y quién o quiénes lo determinarán.
Ya un grupo de mujeres morenistas han exigido que en
Ecatepec se abra la candidatura a una mujer luego de que en las dos últimas
elecciones los candidatos fueron hombres. Si Morena y sus aliados realmente
acatan la ley y lo establecido en su acuerdo en lo referente a la paridad en
los bloques de competitividad, municipios mexiquenses de primer orden podrán
tener candidatas compitiendo en junio próximo.
¿Pero qué pasará si prevalece el machismo y la misoginia a la
hora de hacer el reparto equitativo a que obliga la ley, y se margina a las
mujeres enviándolas como aspirantes a los municipios más remotos o de segundo
orden en el Estado?
Eso, se llama violencia de género y la amonestación a
Fernández Noroña por parte del TEPJF que puso en riesgo su reelección, es un
primer aviso de lo que puede ocurrir si a las mexiquenses se les intentan dar
trato de “manuelitas” chiapanecas.
Es momento de que la lucha de las feministas de Morena—y de
todo el país--, rompa los “techos de cristal” y de las simulaciones, echando
mano de las leyes de la paridad para que, de paso, se rompan los cordones
umbilicales que aún sujetan a muchas de ellas. En Ecatepec, en un escenario de
respeto a la equidad, parecen ser dos las aspirantes a una eventual nominación
de Morena: la diputada local Azucena Cisneros, crecida y cobijada bajo el
padrinazgo del jefe del GAP, Higinio Martínez, y Luz María Hernández, actual
Secretaria General del Partido en el Estado, venida de las bases y mujer de
convicciones que, sin paternalismos, representa una verdadera opción en favor
de los derechos políticos de las mujeres.
La morenistas de genuina sororidad, sabrán en su momento a
qué proyecto dar su apoyo. Las que conserven arraigada la cultura machista de
la sumisión política, seguramente tratarán de mantener vivo un cacicazgo que va
a la baja.
En tal contexto, será interesante el desenlace que está por
venir ante la proximidad de las convocatorias y registros para alcaldes, sobre
todo en lo concerniente al puntero, Fernando Vilchis, que en Ecatepec bien
podría ser la reedición del apotegma acontecido a Ricardo Monreal, en 2017: Del
plato a la boca, se cae la sopa…
Nuestro correo: garrasleo6@yahoo.com.mx
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