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domingo, 12 de julio de 2020

¿Qué pasa con el empleo en México?



Enrique Quintana


¿Qué es lo que está pasando realmente con el empleo formal en México?
El hecho que se hizo evidente este fin de semana, cuando conocimos el reporte de trabajadores asegurados al IMSS en junio, es que el ritmo de creación de empleos va a la baja.
Este año, el número total de empleos bajó en 14 mil 244 puestos en junio. No es inusual para junio pues el año pasado también hubo una caída muy parecida, de 13 mil 497 trabajadores.
La cifra relevante en realidad es el ritmo de crecimiento del empleo total.
A la mitad de 2018, se creaban empleos a una tasa de 4.0 por ciento. Ahora esa tasa fue de 2.4 por ciento.
Este hecho es la expresión de un menor ritmo económico global. En junio del año pasado, el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) crecía a una tasa de 1.6 por ciento anual. No tenemos aún el dato de junio, pero lo más probable es que esté por abajo del 1 por ciento.
No hay nada extraño en la desaceleración del empleo cuando hay también una desaceleración de la actividad económica.
Una pregunta que mucha gente se hace es si llegará un momento en el que, al margen de estacionalidades, habrá una pérdida neta de empleo en México.
Por lo pronto, no es el escenario más probable. Aún en los escenarios más pesimistas respecto al crecimiento de la economía en este año, hay datos positivos.
Las mediciones más recientes de la encuesta de Citibanamex indican que habría un crecimiento de 1 por ciento. Aún si el empleo creciera a un ritmo ligeramente superior, como ha venido ocurriendo, digamos a una tasa de 1.5 por ciento, habría una generación en este año de poco más de 300 mil puestos de trabajo formales.
Ayer le comenté en este espacio que en este siglo hemos tenido dos recesiones en México.
En la que transcurrió del segundo trimestre de 2001 al segundo de 2002, hubo una pérdida acumulada de 242 mil puestos de trabajo, que fueron equivalentes a una caída de 1.9 por ciento.
En la que duró del cuarto trimestre de 2008 al cuarto de 2009, se perdieron 520 mil puestos de trabajo, lo que implicó un retroceso de 3.6 por ciento.
Es en realidad en las recesiones cuando se pierden empleos.
Un elemento específico de la situación actual en México es que tenemos una recuperación considerable del poder adquisitivo de los salarios del sector formal.
A junio, el salario promedio con el que se cotiza al IMSS es de 11 mil 928 pesos mensuales.
Esto significa un crecimiento de 6.6 por ciento. Considerando una inflación que cerró el mes pasado en 3.95 por ciento, resulta un crecimiento del salario real de 2.5 por ciento anual.
Como le he comentado en diversas ocasiones, este comportamiento amortigua el efecto económico negativo de la desaceleración del empleo.
La llamada “masa salarial real” creció en junio a una tasa de 5.0 por ciento.
¿Qué significa el comportamiento de esta variable?
Que el dinero sigue fluyendo a los asalariados del sector formal. Sin embargo, hay un ambiente de cautela que ha conducido a una reducción de los gastos, particularmente en bienes de consumo duraderos.
Si el presidente de la República estuviera consciente de la necesidad de dar un golpe positivo a la confianza de los consumidores, se podría cambiar el ánimo relativamente pronto.
Sin embargo, si el diagnóstico es que todo está “requetebién”, no hay necesidad de hacer nada.
Y, en ese caso, se nos va a seguir desacelerando el empleo y también el consumo.

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