Su gran distancia con la Ciudad de México, la falta de servicios, las horas de traslado y la inseguridad las hacen inhabitables
ZUMPANGO, Méx.- Habitantes de la zona metropolitana del Valle de México fueron defraudados por empresas inmobiliarias con la adquisición de casas a crédito que fluctúan entre los 280 mil a los 385 mil pesos, ubicados en complejos habitacionales en medio de la nada. Su gran distancia con la Ciudad de México y la terrible inseguridad las hacen inhabitables y las han convertido en guarida de delincuentes que llegan como invasores.
Desarrollos habitacionales edificados en este municipio, como Jardines de Acacia y Los Sauces, casi en los límites con el estado de Hidalgo, así como Santa Inés, La Laguna, La Trinidad y El Nido, entre otras, se encuentran construidas lejos de todo, no cuentan con escuelas cercanas, ni plazas comerciales, tiendas departamentales y, sobre todo, lejos de cualquier caseta de vigilancia.
Los fraccionamientos en situación extrema son Las Acacias y Los Sauces, que son los que tienen los precios más económicos (280 mil pesos), el primero luce deshabitado, Israel uno de los propietarios no vive ahí, debe seguir viviendo en la alcaldía Iztacalco, ya que es imposible viajar diario de la casa que compró con un crédito de Infonavit y con la que ahora no sabe qué hacer.
A dos kilómetros de distancia, por un camino vecinal destruido, desolado, con gran cantidad de basura a las orillas, en un panorama desolador surge el fraccionamiento Los Sauces I y II, al menos un tercio de casas han sido vandalizados.
En el lugar, los habitantes se esconden al paso de El Sol de México, se muestran recelosos incluso agresivos, dos mujeres acceden a hablar; Magdalena Ortega Mendoza y Jennifer Villegas, quienes explican que compraron una casa a través de Infonavit, pero dejaron de hacer sus pagos hace mucho tiempo.
“Me siento defraudada, por eso ya no pagué y nadie me ha reclamado, a veces creo que les da pena cobrar por estas casas, son una trampa, estoy rodeada de delincuencia, sin servicios y lejos de lo que era mi trabajo en un restaurante de la Ciudad de México, me gastaba dos mil 800 pesos mensuales en pasajes y seis horas diarias de traslado, ahora mejor trabajo de cajera en una tienda por 600 pesos a la semana”, comenta Magdalena.
Mientras las mujeres explican a El Sol de México, pasan dos vehículos, un Audi A3 cuyos tripulantes observan con recelo, y posteriormente un Jetta de reciente modelo, sin placas de circulación tripulado por cuatro jóvenes con gorras que cubren gran parte de su cara, uno de ellos con una arma en la mano y observando la presencia del equipo informativo, por lo que se emprendió el regreso por unos cuatro kilómetros de camino vecinal en medio de la nada.
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