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domingo, 22 de abril de 2018

A 20 años del primer debate presidencial




Hoy hace dos décadas, Ernesto Zedillo (PRI), Diego Fernández de Cevallos (PAN) y Cuauhtémoc Cárdenas (PRD) inauguraron los encuentros entre candidatos a la Presidencia de la República

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CIUDAD DE MÉXICO, 12 de mayo.- El primer debate entre candidatos presidenciales, con el cual se abrió la puerta de par en par a este tipo de ejercicios en México, se realizó hace exactamente 20 años y se transmitió en vivo por televisión.
Ernesto Zedillo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI); Diego Fernández de Cevallos, del Partido Acción Nacional (PAN), y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fueron los protagonistas de ese debate que tuvo como sede el Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad, en el Bosque de Chapultepec.
La periodista Mayté Noriega fue la moderadora, aunque en el camino de la negociación para la cita del 12 de mayo de 1994 hubo dos propuestas más que se hicieron públicas, es decir, que estuvieran en la conducción el escritor Carlos Fuentes y el periodista Jacobo Zabludovsky.
La idea nació por dos vías. La primera, a través de Luis Donaldo Colosio. El 28 de noviembre de 1993, cuando fue nombrado precandidato del PRI a la Presidencia de México, el exsecretario de Desarrollo Social –quien fue asesinado el 23 de marzo de 1994– invitó a los candidatos presidenciales a debatir.
La otra vía fue a través de la carta que el mismo 28 de noviembre de 1993 Cuauhtémoc Cárdenas le envió a Luis Donaldo Colosio para que ellos dos tuvieran un debate. El 29 de noviembre, Colosio envió cartas a Cuauhtémoc Cárdenas, Fernández de Cevallos y a Cecilia Soto, candidata presidencial del Partido de Trabajo, para que participaran en un encuentro a fin de contrastar proyectos e ideas.
Al final Soto y los demás aspirantes presidenciales, Jorge González Torres, del Verde Ecologista; Pablo Emilio Madero, de la Unión Nacional Opositora (UNO), y Rafael Aguilar Talamantes, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, mejor conocido como “El ferrocarril”, no fueron incluidos en ese encuentro de los candidatos de los partidos grandes.
Tan pronto como transcurrieron los 98 minutos que duró el debate entre Ernesto Zedillo, Diego Fernández de Cevallos y Cuauhtémoc Cárdenas, calificado desde entonces como histórico, analistas políticos y los medios de comunicación en general dieron como ganador al abanderado de Acción Nacional.
El panista, quien en el escenario quedó flanqueado por los otros dos contendientes, mostrando que era el más bajo de estatura, tuvo frases contra sus oponentes que la opinión pública consideró como las que aniquilaron a Zedillo y a Cárdenas. Por ello, era perfilado directo a Los Pinos.
En referencia a Zedillo, Fernández de Cevallos dijo: “Sabemos que usted ha sido un buen chico, con altas calificaciones, pero en democracia creemos que sinceramente no aprueba”.
Además, señaló a Zedillo que su nominación como candidato presidencial del PRI había sido producto de dos “tragedias”: por la muerte de Colosio y por la designación presidencial.
“La primera lo rebasa, no tiene usted ninguna culpa, pero la segunda lo descalifica, por lo menos si hablamos de democracia”, dijo entonces.
Sobre Cárdenas, Fernández de Cevallos soltó: “Si tenemos que creerle los mexicanos a usted que es una opción democrática, tendríamos que creerle a (Mario) Aburto (asesino de Colosio) que es pacifista”.
Le dijo también al hijo del general Lázaro Cárdenas que no representaba la opción democrática porque tenía una cara en la oposición y otra en el gobierno.
El panista también criticó a Cárdenas su paso por el gobierno del estado de Michoacán, cuando fue priista. Le aseguró que era beneficiario del llamado “dedazo” y de mover los hilos de los procesos electorales en aquella entidad federativa, que ahora ha estado en el centro de la información por la aparición de los grupos de autodefensa y por la lucha contra los cárteles del narcotráfico asentados ahí.
Los errores
Casi 20 años después de aquel debate, Cuauhtémoc Cárdenas, en entrevista con Pascal Beltrán del Río, director editorial de Excélsior, aceptó sus yerros de aquella noche del 12 de mayo de 1994.
– (…) Recuérdeme un poco cómo fue para usted ese debate – le preguntó Pascal Beltrán del Río a Cárdenas.
– Fue tenso, fue el primero, todo mundo quería replicar los debates que se daban en las campañas de Estados Unidos, cuando estábamos en condiciones totalmente diferentes. Yo diría que fue un debate, como los que han sido, muy acartonado, no libre, no suelto, que es como deberían ser los debates entre candidatos, pero bueno, así fue, así resultó.
– ¿Usted decidió no responder los ataques de Diego Fernández de Cevallos?
– Así es.
– ¿Se equivocó, ingeniero?
– Yo creo que sí, yo creo que en parte me equivoqué pretendiendo que al hacer propuestas esto tendría más efecto. Pero finalmente creo que más allá del debate que pudo haber tenido una influencia en el resultado de la elección, fueron otros factores los que incidieron en el resultado, como el asesinato de Colosio, el asesinato anteriormente del cardenal Posadas, el levantamiento en Chiapas, la campaña que montó el gobierno y el PRI de que habría caos si la izquierda llegaba al gobierno, en fin, yo creo que fueron muchos factores, y el debate fue uno de ellos que contribuyó al resultado electoral.
Durante el debate de hace 20 años, el entonces candidato Cárdenas, que lo era por segunda vez, hizo alusión a sus colegas de la siguiente manera.
Sobre Zedillo, quien días atrás tuvo un encuentro con taxistas, que le habían invitado una cerveza pero pidiendo que le sirvieran sidral para aparentar que era la otra bebida, Cárdenas dijo en el debate: “Yo aquí pregunto, ¿el candidato del PRI nos quiere dar a los mexicanos cerveza por sidral y sidral por cerveza?”
Sobre Fernández de Cevallos, Cárdenas comentó: “A un grupo de mexicanos que con razón, porque carecen de ella, reclamaban vivienda, les llamó descalzonados. Yo no entiendo a un candidato que busca el voto dirigirse así y expresarse así de sus compatriotas”.
“Era otro México”
En el contexto del resultado de este debate, aún hay huecos por llenar, como la desaparición de la escena pública del panista.
Hace dos años, en el marco del debate entre los contendientes a la Presidencia, el priista Enrique Peña Nieto, el perredista Andrés Manuel López obrador, la panista Josefina Vázquez Mota y el representante de Nueva Alianza Gabriel Quadri, Fernández de Cevallos fue consultado por este reportero sobre lo ocurrido el 12 de mayo de 1994 y su posterior desaparición de la escena pública.
Sobre esto último, Fernández de Cevallos (que había recuperado su libertad después de un secuestro), explicó: “Después de aquel encuentro vino la cerrazón mediática ordenada por el gobierno federal para desaparecer al candidato del PAN y, ante la proximidad de un segundo debate que estaba convenido para tratar cuestiones de orden económico, ciertamente ocupé tiempo importante para hacer durante él un desempeño responsable que valiera la pena para el electorado. Sin embargo, el candidato del PRI ya no quiso una segunda confrontación, pero el gobierno federal le puso un cuerpo especial de asesores y se arregló con los medios de comunicación para llevarlo a la Presidencia. Ésa es la historia verdadera”.
En torno a lo que fue el desarrollo del debate y su preparación, en la que directamente participó Fernández de Cevallos con el representante de Cárdenas, Adolfo Aguilar Zínser, y de Zedillo, Esteban Moctezuma Barragán, el panista dijo: “Lo cierto es que mayor fue mi empeño en preparar el debate que prepararme para él”.
El excandidato presidencial explicó hace dos años que el hecho ocurrido el 12 de mayo de 1994 implicaba una diferencia: “(…) Podemos decir que eran otras reglas, otras instituciones, otras autoridades, otras prácticas políticas y otros medios de comunicación; era, pues, otro México.
“En ese tiempo todos, absolutamente todos los dados estaban cargados en favor del candidato oficial priista; por ello, lo que debía preocupar a cualquier candidato opositor no era propiamente la confrontación de ideas, proyectos o imputaciones, sino el manejo que el gobierno haría de todas las condiciones y circunstancias del encuentro, aprovechando el control mediático del que disponía”.
Los argumentos del priista
Ernesto Zedillo, quien finalmente se impuso en los comicios, fiel a su estilo de absoluta discreción nunca ha comentado públicamente sobre ese debate, y en aquella ocasión se dirigió a los candidatos Fernández de Cevallos y Cárdenas así:
“Sé que soy el más joven de los candidatos a la Presidencia de la República, pero les aseguro: soy el que tiene más experiencia de buen gobierno”; “Muy respetuosamente yo les pediría a los señores candidatos que no lucren políticamente con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, especialmente a usted, señor ingeniero Cárdenas”.
Ese 12 de mayo fue el preámbulo de las elecciones presidenciales del 21 de agosto de 1994 que por amplio margen ganó Zedillo.

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