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martes, 6 de febrero de 2018

En la Sierra de Guadalupe Ranchos así como haciendas ganaderas y Agrícolas En la Región de Tulpetlac-Coatitla-Xalostoc



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María de la Asunción García Samper
Centro de Estudios Mesoamericanos. A. C.

En la región compuesta por los pueblos de Santa María Tulpetlac, Santa Clara Coatitla y san Pedro Xalostoc cerca de Cerro Gordo y parte de la sierra de Tonantzin-Cuautlicue nuestra madrecita la tierra en idioma Nahua hoy mejor conocida como sierra de Guadalupe se desarrollaron diferente haciendas y ranchos tanto ganaderos (Se dedicaba a la explotación de ganado mayor (bovino y equino) y ganado menor (ovejas y cabras). Además, criaba animales de tiro, para labores agrícolas, transporte y fuerza motriz (molinos). También los ranchos agrícolas y de producción pulquera ya que se explotaba el maguey cimarrón en las laderas de la sierra hacia estos tres pueblos importantes de la región de Ecatepec.
Un ejemplo del funcionamiento de estos ranchos contamos con el resultado de nuestras investigaciones acerca de la hacienda de Ojo de Agua y el rancho de Jáuregui, consideramos que como primer logro hemos tomado conciencia de un pasado, que lejos de ser evasión del presente, es atributo humano que lleva a contemplar la realidad con más amplias perspectivas.
En la historia de México, la conquista marca el momento en que se enfrentaron dos pueblos muy distintos entre sí. En la doble herencia indígena e hispánica, están las raíces más profundas de la realidad histórica de México. Sus resultados se palpan a través de instituciones como el calpulli comunal que pasó a ser la parcela en la etapa colonial y posteriormente, en nuestros días, se convierte en el ejido (en proceso de desaparición). Este, como institución, conserva las normas jurídicas fundamentales del calpulli.
La política de la Metrópoli, que en un principio trató de evitar el surgimiento de una aristocracia terrateniente, más adelante, con las medidas adoptadas por Felipe II, propició la consolidación de la propiedad territorial y como consecuencia la aparición de esta sólida institución económica que es la hacienda.
El análisis acerca de la hacienda y el rancho de Jáuregui, nos ha permitido rectificar la errónea idea de que la encomienda fuese antecedente de la hacienda. Así pues, la hacienda no procede de la encomienda, ya que la hacienda está basada en la propiedad de la tierra, requiere de una fuerza de trabajo libre de obligaciones comunales, busca su autoabastecimiento y paga en forma de salario a sus trabajadores.
-San Pedro Xalostoc Diego de la Barrera Hacienda de Cerro Gordo.
-Santa Clara Coatitla Andrea de Ayala Rancho san Simón
-Santa María Tulpetlac Manuel Carvajal Un Rancho
Para que la hacienda funcionara adecuadamente necesitaba mantener su fuerza de trabajo constante y ocupado, por lo que las "Instrucciones" indican la forma clara y precisa en cuanto lo que a contratación se refiere. Los administradores y mayordomos estaban capacitados para contratar el número de trabajadores necesarios.
Dividían el trabajo en dos categorías: sirvientes o peones y gañanes, y los dos grupos eran asalariados. Se distinguían primero por la forma de pago, y segundo porque para los gañanes el trabajo era temporal. A los sirvientes se les pagaba por mes y se les proporcionaban alimentos; los gañanes solo percibían la paga.
En la hacienda ganadera predominaban los peones, debido a que las ovejas y otro tipo de ganado requerían cuidado todo el año.
El salario que recibían los peones era de seis pesos al mes, el aumento salarial correspondía a un puesto de mayor jerarquía; así tenemos que el más elevado era el del administrador, después los mayordomos, sobresalientes, ayudantes, vaqueros y caporales. No tenían en realidad un salario fijo se les pagaba por la responsabilidad del puesto, la experiencia del individuo y su capacidad como comerciante.
La hacienda del norte de la ciudad de México, estaba dedicada a la agricultura y ganadería en forma extensiva, así como a la elaboración de materias primas, cultivo y procesamiento de algunos cereales, maguey, curtido de cueros y elaboración de la lana.
En determinadas épocas del año había variación en la producción, ya que los gastos eran más elevados y disminuía la rentabilidad de la hacienda. Dicha variación obedecía a los cambios de temporada, generalmente por las lluvias tempranas o tardías, que determinaban la fecha de las cosechas, lo que en algunos casos aumentaba el costo.
El pulque era otro de los productos más lucrativos de las haciendas; no necesitaba sistema de distribución, este producto no se consideraba como recurso y según documentos existe poca diferencia en la venta del mismo. Para 1730, esta bebida producía buenos ingresos mediante la renta de las plantaciones a cantidades fijas. Esta situación no era del todo buena, por lo que más tarde los jesuitas se convirtieron en productores de pulque, vendiéndolo a mayoristas; cada semana, el colegio pagaba los gastos de producción y recibía el precio que se manejaba en el mercado por el producto obteniendo ingresos libres.

Hacienda de la Familia de los Reyes, es una hacienda ganadera y aquí llegaban los arrieros y cambiaban por hatos de mulas nuevas para poder proseguir sus caminos.

Parte de la varda y arcos de entrada a la casa grande de la Hacienda de los Reyes.


Pórtico con marco de piedra de cantera y barda exterior de la casa grande de la Hacienda de los Reyes.
Existieron por lo menos dos ventas en la región de Tulpetlac una de ellas es la que está a pocos metros de la Iglesia de Cristo Rey, es de la familia de los Reyes, pero por parte de José María.

Interior de la venta de los reyes en Tulpetlac donde se resguardaban los caminantes que iban hacia la Ciudad de México y también descansaban los arrieros que llevaban sus recuas cargadas de diferentes productos.

Bella arcada con techos de viguería tipo michoacano y un patio central arquitectura muy sobria y hermosa de esta hacienda de don José María Reyes. Hoy propiedad de María de Jesús reyes (Hoy Cronista de Tulpetlac) .

Pasillo con arcos y pisos originales de piedra y techos de viguería lo tradicional en este tipo de arquitectura regional de Tulpetlac de edificios coloniales como es la hacienda de la familia Reyes.

Fachadas exteriores de la ex hacienda de los Reyes en Tulpetlac con una arquitectura muy campirana con un pórtico con un hermoso marco de cantera, un descanso para amarrar a los caballos y ventanas con marcos de cantera y con herrería colonial.

El análisis acerca de la hacienda Ojo de Agua y el rancho de Jáuregui, nos ha permitido rectificar la errónea idea de que la encomienda fuese antecedente de la hacienda. Así pues, la hacienda no procede de la encomienda, ya que la hacienda está basada en la propiedad de la tierra, requiere de una fuerza de trabajo libre de obligaciones comunales, busca su autoabastecimiento y paga en forma de salario a sus trabajadores.
Para que la hacienda funcionara adecuadamente necesitaba mantener su fuerza de trabajo constante y ocupado, por lo que las "Instrucciones" indican la forma clara y precisa en cuanto lo que a contratación se refiere. Los administradores y mayordomos estaban capacitados para contratar el número de trabajadores necesarios.
Dividían el trabajo en dos categorías: sirvientes o peones y gañanes, y los dos grupos eran asalariados. Se distinguían primero por la forma de pago, y segundo porque para los gañanes el trabajo era temporal. A los sirvientes se les pagaba por mes y se les proporcionaban alimentos; los gañanes solo percibían la paga.
En la hacienda ganadera predominaban los peones, debido a que las ovejas y otro tipo de ganado requerían cuidado todo el año.
El salario que recibían los peones era de seis pesos al mes, el aumento salarial correspondía a un puesto de mayor jerarquía; así tenemos que el más elevado era el del administrador, después los mayordomos, sobresalientes, ayudantes, vaqueros y caporales. No tenían en realidad un salario fijo se les pagaba por la responsabilidad del puesto, la experiencia del individuo y su capacidad como comerciante.
La hacienda del norte de la ciudad de México, estaba dedicada a la agricultura y ganadería en forma extensiva, así como a la elaboración de materias primas, cultivo y procesamiento de algunos cereales, maguey, curtido de cueros y elaboración de la lana.
En determinadas épocas del año había variación en la producción, ya que los gastos eran más elevados y disminuía la rentabilidad de la hacienda. Dicha variación obedecía a los cambios de temporada, generalmente por las lluvias tempranas o tardías, que determinaban la fecha de las cosechas, lo que en algunos casos aumentaba el costo .
El pulque era otro de los productos más lucrativos de las haciendas; no necesitaba sistema de distribución, este producto no se consideraba como recurso y según documentos existe poca diferencia en la venta del mismo. Para 1730, esta bebida producía buenos ingresos mediante la renta de las plantaciones a cantidades fijas. Esta situación no era del todo buena, por lo que más tarde los jesuitas se convirtieron en productores de pulque, vendiéndolo a mayoristas; cada semana, el colegio pagaba los gastos de producción y recibía el precio que se manejaba en el mercado por el producto obteniendo ingresos libres.
BIBLIOGRAFÍA.
COSTA, M., FERRER, M., ESTRADA, M., & ROGER, E. Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente. Castellnou. Barcelona, 2009.
GARCÍA SAMPER, M. d., & CORONA SÁNCHEZ, E. d. Ecatepec y sus Siete pueblos. Centro de Estudios Mesoamericanos. México, 1992.
GARCÍA SAMPER, M. d., GUTIÉRREZ ZAVALA, J. L., & GUTIÉRREZ PÉREZ, A. Análisis Histórico de San Cristóbal Ecatepec y Santa María Chiconauhtlan. Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. México, 1996.
GONZÁLEZ, F. El Libro de las Tasaciones de los Pueblos de la Nueva España. UNAM. México, 1952.


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