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domingo, 8 de octubre de 2017

Califican y analizan el Promedio desempeño de Diputados Federales por partido político

DE 500 DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LA UNION, PABLO BEDOLLA LOPEZ, ENTRE LOS 10 CON MEJOR TRABAJO LEGISLATIVO


Sobre el desempeño obtenido en este último periodo legislativo el partido Nueva Alianza, Encuentro Social y MORENA tuvieron los mejores promedios generales.
Finalmente, en Revista32 somos imparciales y realizamos una evaluación de los 500 Diputados Federales sobre el último periodo legislativo con base en su trabajo, reconociendo la labor de quienes trabajan, a continuación se muestra una lista de los 10 Diputados Federales que han registrado el mejor desempeño. ¡Enhorabuena!



En contraste, estos son los 10 Diputados Federales con el peor desempeño durante el periodo.







LOS VOTOS
Se ha votado con un promedio de 375 diputados en cada iniciativa, con un rango máximo de 442 votantes y mínimo de 285 votantes, suficiente para haber quórum (mínima cantidad de diputados requerida para realizar la sesión, que es de la mitad del total + 1), no obstante sería prudente, debido a todos los puntos anteriormente expuestos, hacer la pregunta.
¿Qué estaban haciendo 125 diputados en promedio durante cada sesión si no es estar votando por las iniciativas que más convengan en beneficio de los ciudadanos a los cuales representan y de quienes obtuvieron su voto para obtener el cargo?
¿Qué podría tener más importancia que los intereses de los ciudadanos del país para justificar las ausencias durante las votaciones?
¿Qué provoca que justamente durante los 2 últimos días de trabajo sean capaces de ponerse de acuerdo para aprobar un total de 77 iniciativas? Esto es más de la mitad de las 131 iniciativas votadas durante el periodo?
¿Tendrán respuesta estas preguntas?

Es importante buscar la manera de contestar estas preguntas, ya que se contabilizan 1,525 permisos de la Mesa Directiva (compuesta por diputados federales), los cuales pueden ser solicitados por motivos exclusivamente personales y otorgados al libre criterio de la misma, sin ningún registro accesible al público para su observación, todo esto sin detrimento a sus percepciones económicas y con la capacidad de ser retroactivos, es decir, solicitar el permiso después de haber faltado.
Debe destacarse además que se observan numerosas inconsistencias en cuanto a las inasistencias por votaciones, las cuales se obtienen cuando durante una sesión de votaciones, el diputado no emitió un voto a favor, en contra o abstención (la cual es distinta de ausente), en al menos una tercera parte de las votaciones totales, esto justificado con “el as bajo la manga” del permiso de la Mesa Directiva, ya que un diputado puede llegar tarde, justificarlo con una asistencia por cédula, permanecer 10 minutos, votar una vez y enseguida solicitar dicho permiso para retirarse de la Cámara sin que esto afecte su récord de asistencias y por lo tanto, cobrar su dieta íntegramente como si hubiese trabajado arduamente el día completo. Esto se interpreta (y se aplica) a partir los siguientes artículos del Reglamento de la Cámara de Diputados:
Artículo 53.
1. Se otorgarán permisos para ausentarse de la Sesión, durante su transcurso, siempre que el diputado o diputada se encuentre presente, que ocurran circunstancias que lo ameriten y que se solicite por escrito fun dado y motivado en el que conste el visto bueno del Coordinador o representante autorizado.
Artículo 48
3. Por ningún motivo se podrán justificar las inasistencias cuando se trate de asuntos de carácter personal, que no estén expresamente autorizadas por la Mesa Directiva.
Por todo esto es necesario mejorar la transparencia y el acceso a esta información en las fuentes oficiales para diferenciar dentro de las votaciones las justificaciones de inasistencias llanas, inasistencias por votaciones y permisos de la Mesa Directiva.

EL EJEMPLO
Como ejemplo de este abuso de permisos de la Mesa Directiva tenemos a la Diputada Angie Dennisse Hauffen Torres de Movimiento Ciudadano, quien en su récord de asistencias muestra 27 permisos de la Mesa Directiva de las 28 sesiones totales del periodo, registrando asistencia únicamente el 1º de febrero de 2017 a la sesión preparatoria.

Ante este escenario es necesario preguntarse ¿por qué se le permitió ausentarse durante los 3 meses del periodo con goce de sueldo, además de los otros 3 meses que recibirá durante el receso?; si el motivo es por cuestiones de salud, lo cual es perfectamente justificable, ¿por qué no aparece registrado en su récord de asistencia como 27 inasistencias justificadas?; si estaba desempeñando labores asignadas por la Cámara de Diputados, ¿por qué no aparecen contabilizadas como asistencias por comisión? Ahora bien, indistintamente del motivo por el que necesitó ausentarse durante 3 meses y esto fuese justificable por la Mesa Directiva ¿por qué no solicitar licencia, permitiendo así a su suplente trabajar en su lugar? Y aunque hubiese solicitado licencia, le corresponderían 2 meses de dieta, a pesar de no estar desempeñando más las funciones propias de un Diputado Federal.
En perspectiva, todas estas prebendas serían inmediatamente rechazadas por un patrón o empresa si una persona de a pie las exigiera en su trabajo.
Después de todo lo mencionado, surgen otras preguntas importantes como ¿por qué no existe un límite claro respecto al otorgamiento de este tipo de permisos? ¿Por qué el Presidente de la Mesa Directiva no ejecuta acciones para enmendar este evidente abuso cuando se encuentra dentro de sus atribuciones según el tercer punto del Art. 22 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos?
Recapitulando todos los puntos, se hace evidente la necesidad de desarrollar mecanismos de medición de desempeño, observación y supervisión, externos e independientes del círculo vicioso que se ha generado dentro de la Cámara de Diputados, en la que por medio de su reglamento y órganos internos, los diputados son juez y parte, contando además con la libertad y autoridad de modificar a placer sus normativas para justificar todas y cada una de sus propias fallas, faltas y omisiones sin un contrapeso que pueda exigirles y de manera efectiva obligarles a hacerse responsables de la encomienda que millones de ciudadanos mexicanos les confiaron, depositando en ellos el poder de cambiar para bien el presente y futuro de la Nación, cumpliendo la voluntad de aquéllos a los que por juramento se comprometieron a servir.

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