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domingo, 22 de octubre de 2017

La lucha por la presidencia



Por ALBERTO NÚÑEZ ESTEVA



Las noticias cambian día con día. Con la que hoy amanecemos revela que son 74 los candidatos que quieren luchar por la presidencia de la República. ¡Qué pérdida de tiempo y de esfuerzo! Finalmente, esperamos, aparecerán en la boleta de votación un número limitado de candidatos independientes, 4 por ejemplo. Al PRI, quien es el partido con el mayor voto duro, le conviene la dispersión, pues ésta le da fuerza al 22% de votantes fieles a este desprestigiado partido.


Entre los ases que se barajan se encuentran Meade, Osorio, Narro, y Nuño en adición al candidato profesional y permanente, Andrés Manuel López Obrador y la ya muy popular y conocida Margarita Zavala con toda una historia detrás de ella.

Efectivamente, la exprimera dama, quien ejerció este puesto con gran dignidad, ha señalado desde tiempo atrás su intención de alcanzar la presidencia de la República . Panista por tradición, renuncia a este partido en vista al comportamiento impropio de su presidente Ricardo Anaya, quien también desea competir por el puesto. Tiene derecho Anaya a esa aspiración, pero antes debió renunciar a la presidencia del PAN, para que se compita en “piso parejo”.

La ciudadanía debe tomar un papel activo en este proceso electoral. Participar no sólo como espectadora, sino reconociendo que nosotros, los ciudadanos, somos los dueños de este país y actuando en consecuencia ¿Cómo? Puede haber muchas formas, pero por lo pronto apuntemos a dos, tendientes a motivar la participación activa y razonada en el proceso electoral: 1) la preparación oportuna de las preguntas que la sociedad quiera hacer a los candidatos, con el obvio propósito de no conformarse con lo que ellos quieran decir dentro de su campaña electoral 2) un encuentro de los candidatos con líderes sociales, en donde se debatan las respuestas que dieron a las preguntas antes señaladas.

Ahora tenemos la tecnología a nuestro favor, algo nuevo que no podemos desperdiciar. ¿Por qué no alentar a los ciudadanos a formular abiertamente sus preguntas a través de un portal virtual generado para este propósito? en el momento oportuno, congruentes con lo arriba señalado, un grupo de ciudadanos distinguidos podrían resumirlas hasta llegar, digamos, a no más de 10, exigiendo a los candidatos al tiempo de entregarlas, que las respuestas sean cortas y sustanciosas. Este ejercicio podría concluir en un debate entres los candidatos mejor posicionados (no más de 4) y algunos de los líderes ciudadanos (no más de 4 también) que hayan participado este ejercicio.

En otras palabras, debates serios entre los candidatos pero también con una ciudadanía debidamente informada y exigente.

Es de llamar la atención el debate que sostuvieron en su momento los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump y Hillary Clinton. Debates a fondo sobre temas de vital importancia para su país. Debemos aprovechar esta experiencia, entre otras, para hacer de los debates de los candidatos en nuestro país, un ejercicio que enriquezca el conocimiento de los ciudadanos y motive al voto razonado. Sí, a un voto masivo y razonado por parte de una ciudadanía debidamente enterada del perfil y las ideas de quienes pretenden ocupar los más altos puestos de elección popular. Pasemos de una ciudadanía apática, a otra informada y exigente ¿Cómo lograrlo? Cada quien debe contestar esta pregunta en su interior y actuar en consecuencia.

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