Por segundo año consecutivo, productores de amaranto elaboraron la alegría más grande del mundo en la Ciudad de México, a fin de promover este cereal como uno de los alimentos más nutritivos, así como su producción artesanal que enfrenta una competencia desleal con el importado de China.
Para su creación se utilizaron 120 kilos de amaranto seco y 120 litros de miel para construir una alegría de 34 metros cuadrados.
Juan Flores, productor de alegría artesanal de Xochimilco, explicó que para su creación utilizaron diferentes tipos de alegrías, provenientes de esta delegación y algunas piezas de productores de Oaxaca y Tlaxcala, quienes ofrecieron piezas de amaranto para contribuir al diseño de la alegría que se expuso en el Monumento a la Revolución.
Junto a esta alegría monumental, productores artesanales de este cereal en la Ciudad de México ofrecen en diferentes versiones el amaranto en una feria de consumo local, a fin de que los capitalinos conozcan y saboreen la alegría en un sinfín de preparaciones de platillos y dulces.
En entrevista, lamentó que tengan una competencia desleal con amaranto importado de China o Chile, pues mientras en la Central de Abasto éstos se venden a 10 pesos el kilo, los productores artesanales de la CDMX tienen que venderlo a más de 30 pesos para una ganancia mínima de 5 pesos por kilo.
Juan Flores comentó que las granizadas que han caído estos dos últimos días en la CDMX afectan los cultivos de amaranto, pues la planta llega a quebrarse y eso perjudica la cosecha para finales de septiembre.
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