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jueves, 22 de septiembre de 2016
Magia y supersticiones Entre los mexicanos
Leyendas, mitos, fábulas y cuentos alimentan la superstición entre buena parte de los mexicanos, quienes culturalmente han estado marcados por la magia, la religión y la ciencia.
Fantasmas, brujas, monstruos, momias, el diablo, Dios; el cielo, el purgatorio y el infierno, atormentan y ponen en jaque, durante la oscuridad de la noche, la lógica de las personas.
“Así como existe el bien existe el mal”, comentó con tono misterioso el “yerbero” Wilfrido Domínguez, mientras despedazaba una corteza de cuachalalate para venderla como medicina para los riñones.
“Hay muchos conocimientos secretos de las llamadas ciencias ocultas. Pero en el ambiente del esoterismo y la magia existen muchos charlatanes que lucran con la creencia y fe de las personas. Sin la fe no funcionaría la brujería”, indicó en su puesto del mercado donde vende libros de oraciones, Biblias, velas para distintos santos, incluidos la Muerte y San Judas.
De acuerdo con una investigación de campo de Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) 57% de la gente cree que el cielo, el infierno y el purgatorio son verdaderos; un tercio de la población cree que el demonio existe y toma el alma de las personas.
A la pregunta que GCE lanzó telefónicamente en 800 hogares de todo México, ¿Usted considera que los mexicanos somos supersticiosos?: 78 de cada cien respondieron que sí y 17 que no.
“Nosotros venimos de creencias prehispánicas y católicas, con mezcla de dioses y santos. El nahual, las brujas, los espíritus, la ouija, las imágenes milagrosas, la aparición de vírgenes… culturalmente así estamos configurados los mexicanos”, opinó el también ex trailero, mientras un anciano como de 80 años preparaba un racimo de romero, ruda y alcanfor.
Para 56% de la gente estas creencias tienen que ver con la ignorancia, aunque 15.9% las asocia con la tradición, 6.4% con la familia, 5.5% con la magia, 3.5% con la religión y 2.2% con amigos.
Si casi 8 de cada diez mexicanos son supersticiosos, resulta curioso que cuando los encuestadores de GCE indagaron sobre si los entrevistados se han hecho una limpia, 81.6% dijo que no, por 17.4% que sí.
Por otro lado, 91 de cada cien negaron que haya consultado a una bruja o curandero para aliviar sus males, chamanes a los que sí han recurrido ocho personas.
Para el señor Wilfrido, el esoterismo es una ciencia muy antigua con cientos de libros desconocidos para la mayoría de la gente:
“Hay que estudiar mucho. La gente que sabe de esto no tan fácil te dirá de qué se trata –explicó Domínguez, refiriéndose a las llamadas ciencias ocultas–. Si has ido al mercado de Sonora nada más te dirán lo superficial si vas de preguntón, necesitas ir a las sesiones de limpias o lectura de cartas.
“En librerías de viejo y especializadas, en el Centro Histórico, la Roma y la Condesa, hay gente que te consigue todo ese tipo de libros, como la Biblia Satánica, de Anton Szandor LaVey, Necronomicón (de Al Azif), de misas negras, de diversos ritos… todo lo relacionado con la magia negra. Pero muchos son caros, por su antigüedad y sabiduría”, narró.
Entre otros datos sobresalientes que arrojó la investigación de campo de GCE es que casi uno de cada diez mexicanos tiene un amuleto que lo libra de todo mal. Los restantes 9 no piensan en supercherías.
Sea cual sea el origen, 15% de los mexicanos no pasa bajo una escalera porque es de mala suerte, razón por la que 8.3% no tira sal en el suelo y 4.8% se cuida de quebrar un espejo, lo que significa siete años de salación; 3.5% no ve a los gatos negros, que cree de mal agüero y 1.9% se libra de todo mal al no salir en martes 13 o viernes 13. Y los más supersticiosos son 2.3%, que creen en todas las mencionadas.
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