Por Uriel Reyes y Aguilar
Director del MEXIQUENSE Valle de Zumpango.
Hoy es el tiempo de despertar, de ver a mi vecino, al otro como mi hermano, ayudar a quien sea posible sin importar quien es, pues aquí en donde vivimos donde habitamos podemos convivir todos juntos, nuestra casa, nuestro Zumpango, es rico próspero y todos podemos trabajar en él.
Caminemos libres, consientes y seguros, caminemos con nuestro hermano con un mismo objetivo, “el bien común”, pero no solo caminemos, recuperemos el habla, hagamos sentir que nuestra participación aún existe, debemos redescubrir nuestras raíces saber de nuestro pueblo, pues aunque sabemos que pertenecemos a él, pocos saben el sacrificio que costó construir.
Organicémonos para construir un camino libre y próspero, para dejar un legado responsable a nuestros hijos, para detener la codicia que impide el progreso, que impide la unión.
Construyamos una nueva mentalidad, una conciencia generacional, solidaria, justa, equitativa, digna, totalmente profesional.
Construyamos una casa, un municipio de Zumpango, unido; pues nosotros el pueblo tenemos la virtud del poder, el poder que crea abundancia, libre de odios, venganzas, ventajas o significados fatuos; el poder de satisfacer nuestras necesidades, de seguir con la bondad humana que pocas sienten y expresan.
Es el pueblo y su conciencia quien puede construir todo ello, porque aún tiene esperanza acompañada de memoria histórica, de una grandeza cultural de siglos, de una raza cósmica, de bronce, jade, que ama como Nezahualcóyotl, el canto del Tzenzontle, y el aroma de las flores.
Recordemos qué estamos dispuestos a dar, para que nuestros hijos obtengan algo mañana de lo que puedan estar llenos de orgullo.
Trabajemos para hacer realidad la justicia y la igualdad como principios fundamentales de convivencia y coexistencia humana.
Trabajemos, sí, por la participación, la organización, unidos, sencillos, solidarios, sensibles, pero, con CONCIENCIA.
Directorio
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