Mientras que en 2013, en cada licitación carretera importante participaban 15 empresas en promedio, desde 2015, a cada concurso entran hasta el cuádruple de compañías, lo que implica que hagan ofertas tan bajas, que son imposibles de cumplir, con tal de ganar los concursos.
La escasez de obra pública, producto de los recortes presupuestales del gobierno federal, ha provocado que en los últimos tres años, el número de empresas que participan en las licitaciones se haya multiplicado hasta por cuatro y se hagan ofertas tan bajas, que son imposibles de cumplir, con tal de ganar los concursos.
En los primeros seis meses de 2015, en Compranet se lanzaron mil 459 convocatorias relacionadas con carreteras, incluyendo desde construcción, hasta mantenimiento. Luego de 3 recortes aplicados al presupuesto de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes(SCT), en el primer semestre de 2016, se publicaron mil 77 concursos, una reducción de 35 por ciento, según un análisis realizado por EL FINANCIERO.
Mientras que en 2013, en cada licitación carretera importante participaban 15 empresas en promedio, desde 2015, a cada concurso entran entre el doble y hasta el cuádruple de compañías, es decir, de 35 a 79, de acuerdo con la revisión hecha a más de 2 mil proyectos publicados a través de Compranet.
La consecuencia, criticaron participantes del sector, es que algunas empresas terminan haciendo ofertas tan bajas, que el gobierno paga sobrecostos al final de la obra, pues no es posible realizar los proyectos con los recursos ofrecidos.
“Nos encontramos con proyectos donde las empresas que han sido adjudicatarios no tienen la capacidad técnica, económica y jurídica y al final hay un sobrecosto”, aseguró Enrique Díaz, director de FCC.
En el concurso para la modernización de la carretera Tuxpan-Tampico, realizado en 2013, participaron 18 empresas. En contraste, según el acta de apertura de ofertas del concurso de licitación internacional para la construcción del libramiento de Acapulco, en agosto de 2014, concursaron 79 firmas en total.
“Tiene dos o tres años que la competencia se ha vuelto muy intensa, no se está teniendo obra y empresas del municipio o estado se están pasando a concursos de la federación, porque hay menor obra pública, consecuencia de menores ingresos del gobierno y sus recortes”, explicó Héctor Ovalle, presidente de la constructora Grupo Coconal.
Para Manuel Guadarrama, coordinador de finanzas públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad, el problema de que el aumento de competencia en los concursos de licitación degrade en proyectos detenidos o en una menor calidad de las obras puede ser producto de que los participantes se pongan de acuerdo con funcionarios.
“No existe exceso de competencia, lo que existe es la colusión entre las autoridades que lanzan la obra pública con las empresas participantes para realizar propuestas económicas”, consideró el experto.
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