Las previsiones de las casas encuestadoras no coincidieron con los resultados de los comicios en siete de los 12 estados donde se eligió nuevo gobernador el pasado 5 de junio; especialistas en la materia señalan a los electores indecisos como factor determinante
Luego de las diversas críticas a las encuestadoras por su fracaso en las pasadas elecciones intermedias, en las que la mayoría de las consultoras no le atinó al ganador para la gubernatura en siete de 12 estados, este diario salió a preguntar a las propias firmas cuáles eran los motivos de las imprecisiones.
Sólo 16 de las 31 encuestas, es decir 51.61% de las publicadas en medios de comunicación 21 días antes del día de la votación, que debieran ser las más atinadas por su cercanía con los comicios, acertaron en el resultado del vencedor.
“Mi opinión es que hay un margen de error demasiado alto, porque lo menos que puedes pedirle a las encuestas es que le atinen al ganador. Sin embargo, no son las peores, hace seis años, en esta mismas elecciones, tal vez hubo el mismo margen de error y también fue un desastre”, aseguró Ulises Beltrán, socio de la consultoría BGC, Beltrán, Juárez y Asociados, quien hizo dos de las 31 encuestas publicadas dos semanas antes de los comicios del 5 de junio, en la cual preveía un empate técnico en Veracruz mas no la victoria de Miguel Ángel Yunes, como realmente sucedió.
Seis de los siete estados donde las encuestadoras cometieron errores tienen algo en común, y es que, ahí, los votantes decidieron sacar de sus gobiernos al partido en turno. En Chihuahua, Tamaulipas y Aguascalientes, el PAN desbancó al PRI, mientras que en Quintana Roo, Durango y Veracruz lo hizo la alianza del blanquiazul con el PRD.
Encuestados ignorados son la clave
Una de las teorías de Ulises Beltrán en estas elecciones es que, tal vez, el margen de error esté en aquellos encuestados que aseguraron no votarían o se negaron a responder las preguntas, y que simplemente se desecharon de los resultados.
“Siempre hemos asumido que no existe un sesgo en la no repuesta o en aquel que dice que no sabe si saldrá a votar, y por eso la ignoras, pero creo que tenemos que enfrentar la realidad de la posibilidad de que sí tenga sesgo hacia el partido distinto en el poder. Habría que comprobarlo, pero, por lo que hemos comenzado a investigar, es que la forma de pensar de estos encuestados se parece más a la de opositor que vota en contra del partido que está en el gobierno”, afirmó.
En México aún sigue sin existir una clara respuesta de por qué las encuestas electorales están cometiendo tantos errores, pero si de algo están convencidas las consultorías es que el origen no se encuentra en la metodología.
“Si juzgas por el método a las encuestas, todas están bien hechas. La metodología que se sigue es universal, con los más altos estándares, y rigurosa. La verdad, hacemos encuestas tan buenas como en Estados Unidos. En estas elecciones intermedias, el error en la diferencia entre el primero y segundo lugar fue de 4.1, mientras, en 2014, en Estados Unidos, fue de 4.5. Lo malo es que el error llevó a equivocaciones entre el ganador y el perdedor”, explicó Beltrán.
Uno de los mayores desafíos para los encuestadores al tratar de acertar entre cuál de los candidatos estará el ganador es cuando las preferencias son demasiado cerradas, como sucedió en Quintana Roo y Aguascalientes, donde el PAN sólo aventajó al PRI por 2.1 puntos, o en Veracruz, que la diferencia entre el primer y segundo lugar fue de escasos 3.7 puntos.
Los buenos y los malos
Reconocidos especialistas en Ciencias Políticas consultados por Excélsior, como el politólogo Leo Zuckermann, tampoco consideraron que la corrupción o las llamadas encuestas cuchareadas con fines propagandísticos sean las razones de este fracaso, como muchos rumores suponen.
“Llevo muchos años estudiando las encuestas, y puedo decir que hay dos tipos de encuestadores: los que se venden al mejor postor y cucharean sus datos, y sus encuestas son propagandísticas, y los encuestadores muy serios en nuestro país, incluso con mucho prestigio a nivel internacional, como Ulises Beltrán, pionero en la industria de encuestas en México.
“No puedes poner en el mismo saco a todos los gatos, como en todos lados también hay gente seria, y a los encuestadores con prestigio sí les importa mucho su reputación”, dijo Leo Zuckermann.
Entre las 15 encuestas que se equivocaron al dar el candidato ganador, de las 31 que se publicaron en las últimas semanas, se encuentran casas con un gran prestigio como: BGC, El Financiero, El Universal, Reforma, De las Heras Demotecnia y Varela y Asociados.
“Si hay una sospecha de corrupción, que levanten el acta correspondiente y nos acusen. Al Instituto Nacional Electoral (INE) yo le exhibo las facturas de lo que cobro por las encuestas de BGC y, si todavía hay duda, también las fichas de depósito”, comentó Ulises Beltrán.
Problemas de percepción
Entre los últimos datos publicados por el INE sobre las encuestas electorales publicadas en abril están exhibidos los recursos que algunas encuestadoras invirtieron para conocer las preferencias de los candidatos a gobernador en Aguascalientes. El Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), por ejemplo, gastó 315 mil 200 pesos. Esta encuestadora, por cierto, se equivocó en el resultado: dio como ganadora a Lorena Martínez, cuando el triunfo lo obtuvo Martín Orozco.
“Creo que un gran defecto de la prensa es que toman las encuestas como pronósticos, así se hayan publicado muchos meses antes de la elección. Los encabezados, por ejemplo, dicen que va ganar el PRI, cuando no necesariamente significa eso. El discurso en las noticas debería ser, más bien, si los priistas van a ser capaces de mantenerse arriba en las encuestas”, criticó Beltrán.
Algunas de las narrativas de estas elecciones que se encontró Ulises Beltrán a través de los números fueron: cómo el PRI comenzó a bajar en las preferencias desde abril y cómo Morena repuntó hasta muy tarde en las campañas.
“También pudimos ver clarísimamente que el candidato del PRI se mantenía súper estable en Chihuahua, y que el avance de Javier Corral era constante, ya iba enfilándose para ganar; o cómo la soquetiza que le dieron a Miguel Ángel Yunes, candidato de Veracruz por el PAN, con sus propiedades, le costó simpatizantes, y por poco pierde la elección, cuando comenzó con diez puntos de ventaja. O cómo la subida de Joaquín González estaba pero cantadísima, si alguien tenía tendencia era él”, contó.
Aunque el fracaso en sus previsiones significa nuevos retos para las encuestadoras, con el objetivo de disminuir los errores y poder leer con mayor precisión el abstencionismo o mejorar el trabajo de campo, Ulises Beltrán pidió que a las encuestas se les deje de considerar como una bola de cristal.
“Hay que ver las encuestas como lo que son: la medida del momento. Lo que hay que saber es cómo leerlas y seguirlas para poder contar una historia electoral sustentada. Ahora estamos viendo que si Trump está bajando o subiendo en las encuestas, ésa es la narrativa relevante, no si la encuesta de CBS le atinó en noviembre a sus resultados o no”, concluyó Beltrán.
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