MACARIO SCHETTINO
Suspendo por hoy la secuencia acerca de distribución y desigualdad, por el anuncio del gobierno de Oaxaca que desaparece su instituto de educación, y del gobierno federal que se hace cargo de la misma. No puede menospreciarse este evento.
Como usted recuerda, el poder tiene sólo tres fuentes: la fuerza física, o violencia, que es el poder coercitivo; los recursos, que suelen llamarse poder económico; y la legitimidad, el convencimiento, que por eso se designa como poder persuasivo. El anuncio referido elimina de golpe todo el poder económico de la Sección 22 del SNTE, eje de la CNTE.
Puesto que el gobierno federal toma control del sistema educativo de Oaxaca, ya no podrá la Sección 22 pasar lista, asignar vacantes, nombrar comisionados, ni nada parecido. El control, mediante recursos, que ejercía sobre miles de profesores que no querían participar con ellos, pero tenían que hacerlo, desaparece.
De manera simultánea, Sedesol estableció que durante un año no se exigirá a los beneficiarios de programas sociales presentar evidencia de que sus hijos van a la escuela, que era el mecanismo que utilizaban los maestros para forzar a padres de familia a seguirlos en sus aventuras. No más poder económico sobre ellos.
Quedan entonces dos fuentes de poder a la Sección 22: la violencia y el convencimiento. Este segundo es la clave, porque si se deciden a ejercer violencia, tienen enfrente a alguien con mayor poder coercitivo que ellos: el gobierno. Como es sabido, existen órdenes de aprehensión para algunos integrantes de la CNTE, por diversos delitos. Ignoro si se van a ejercitar en estos días o seguirán siendo utilizadas como mecanismo de negociación, pero debería ser evidente para los líderes que sumar a esas órdenes otras nuevas, asociadas con violencia, no les va a ayudar en nada.
Así que sólo queda la legitimidad, persuasión o convencimiento, como guste decirle. No hay duda de que en diversos grupos de izquierda la CNTE tiene gran legitimidad, y eso cuenta. Pero no le alcanza a la Sección 22 con manifestaciones en el DF, apoyada por estos grupos, para revertir las decisiones anunciadas. Su gran poder provenía del control de las decenas de miles de maestros y padres de familia mediante los recursos económicos, y eso es lo que ya no existe.
Puede ser que esas decenas de miles de personas en realidad no estuvieran siendo controladas con recursos, sino que realmente coinciden con la “lucha” de la Sección 22. Si esto es así, indudablemente el que tendrá un problema enfrente es el gobierno. Pero si el discurso revolucionario de la CNTE no coincide con los intereses y creencias de sus bases, y era fundamentalmente mediante violencia y recursos que mantenían la cohesión, entonces la CNTE está muy cerca de su fin.
Cuando, hace 35 años, la CNTE apareció como oposición a un sindicato autoritario y corrupto, no tengo duda de que representaba el anhelo de muchos maestros. Con el tiempo, parece haberse alejado de esa lucha por la democracia sindical para convertirse en la cara más conocida de la izquierda cavernaria. Usted recordará que cuando terminó el conflicto con la APPO en 2006 se hizo público que el EPR estaba detrás de todo ello. La legitimidad no es un asunto estático, y se pierde cuando el liderazgo se aleja de sus bases lo mismo que cuando éstas empiezan a ver las cosas de forma diferente.
Ya hablaremos más del tema, pero conviene ahora cerrar recordando que fue contra un sindicato autoritario y corrupto que apareció la CNTE originalmente. Debería estar claro cómo evitar otras apariciones en el futuro.
Twitter: @macariomx
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