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miércoles, 15 de abril de 2015

Campañas"beep, beep"

Un rediseño del presupuesto con la misma visión de la “base cero” despertó en Grecia revueltas, manifestaciones e inestabilidad.

Por Ricardo Monreal


Si usted esperaba campañas VIP (very important persons), debe estar decepcionado, porque lo que abunda son campañas beep, beep, por el sonido de censura a las palabras altisonantes que están lanzándose alternadamente PAN y PRI, para recordar lo que la mayoría de los ciudadanos piensa, a saber, que unos son rateros y los otros son bandidos.

Ninguno de los partidos mayores está hablando de lo esencial, es decir, que después de la elección vendrá una crisis económica de magnitudes similares a la crisis fiscal de 1994, aderezada con los ribetes recesivos de 2008, donde ningún blindaje financiero ni de reingeniería presupuestal pudo evitar lo inevitable. Los flujos de capital privado que inundarían a México para explotar el sector energético esperarán como Penélope a que regrese el tren de los 60 dólares por barril, que es el precio donde empezaría a ser rentable la explotación en aguas profundas.

Este escenario no se ve en el plazo inmediato. Mucho menos después del acuerdo al que llegaron EU e Irán para la supervisión del programa nuclear de éste último, cuya contraprestación es el levantamiento del bloqueo petrolero, que le permitirá a Irán regresar al mercado internacional con 700 mil barriles diarios. Esta acción hará que el precio internacional del crudo baje entre 5 y 15 dólares adicionales, durante dos años más.

Esto significa que el presupuesto “base cero” diseñado para que el gasto público absorba la caída energética deberá traducirse, por primera vez en 25 años, en un recorte sustancial del gasto gubernamental en sus diversas ramas.

El problema es dónde y qué recortar. Alrededor de 75% del presupuesto de egresos de la Federación se encuentra comprometido o son partidas irreductibles. Hablamos del pago de la deuda, de la cobertura de pensiones y jubilaciones (muchas de ellas “dinámicas”, es decir, se incrementan conforme a los aumentos salariales anuales), del pago de trabajadores de la burocracia así como de maestros, médicos e ingenieros.

¿Se piensa renegociar la deuda pública del país? ¿Se recortará a los pensionados del IMSS y del ISSSTE sus jubilaciones? ¿Cuántos trabajadores de Pemex, CFE, FSTSE y de los gobiernos locales se irán a la calle?

Tan solo entre los recortes del año pasado y los programados para el presente, la suma de los recursos prescindidos suma 150 mil mdp. Sin embargo, el boquete presupuesta por la caída petrolera, antes del acuerdo entre EU e Irán, era de 240 mil mdp, según la calificadora Moody’s.

Es lo mínimo que deberá prescindir el presupuesto de 2016, pero la perspectiva “base cero” exige más que un pellizco de 5% al actual presupuesto público. El costo no se está dimensionando. Un rediseño del presupuesto con la misma visión de la “base cero” despertó en Grecia revueltas, manifestaciones e inestabilidad que no cesaron hasta que llegó al poder el actual partido de izquierda Syriza, con su líder Alexis Tsipras como primer ministro, con la bandera del ya basta de recortes a los pobres y subsidios a los ricos.

El presupuesto “base cero” será la primera bomba de tiempo de la próxima Legislatura, que se estrenará el 1 de septiembre. Ni los candidatos a diputados federales ni las dirigencias nacionales de sus partidos parecen estar conscientes de lo que está por llegar. Mientras unos y otros se lanzan beeps, beeps en las campañas de lodo, quienes lleguen a San Lázaro podrían encontrar que el sonido no es de censura, sino de una tremenda locomotora que viene en sentido contrario, la locomotora de la crisis económica.

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