Enrique Peña Nieto recibió la banda presidencial en San Lázaro y protestó guardar la Carta Magna, cumpliendo así la ceremonia que lo convirtió en mandatario
México, DF.- En poco menos de cinco minutos, Enrique Peña Nieto se convirtió ayer en el Presidente de México, instantes después de que su antecesor, Felipe Calderón, se quitó la banda presidencial, la besó y se la entregó a Jesús Murillo Karam —presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados—, para que él, a su vez, se la diera al priista, quien a pesar de las expresiones críticas de la izquierda asumió el poder en una tribuna legislativa libre.
“En cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 87 de nuestra Carta Magna, protesto guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y la prosperidad de la Unión. Y, si así no lo hiciere, que la nación me lo demande”, protestó el priista, de 46 años, y de inmediato sus compañeros de partido estallaron en aplausos.
El mexiquense abrió los brazos y agradeció el apoyo. Acto seguido, abrazó a Felipe Calderón, quien ya sin banda presidencial volteó a ver a los integrantes del Poder Judicial y les hizo un ademán de agradecimiento, mientras los gritos de “Enrique Presidente” y “Felipe, Felipe” acallaron las expresiones de la izquierda, que terminó por guardar silencio y permitió que, con calma, Peña Nieto saludara a todos sus amigos priistas y hasta se tomara fotografías en su andar a la salida por la puerta principal.
Directorio
lunes, 3 de diciembre de 2012
Se llevó a cabo la sucesión presidencial con respeto al ritual
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