Al oficiar en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México la Misa del Domingo de Resurrección, con lo cual se pone fin a la Semana Santa, el prelado señaló que no puede existir auténtica fe si ésta se inhibe y no se manifiesta públicamente en los distintos ámbitos donde se desenvuelven los católicos.
“Creemos en que Jesucristo resucitó al tercer día, según las Escrituras, y también creemos que una fe que no se encarna como cultura de vida no es auténtica fe; por eso queremos expresarla en lo social para construir la democracia, pero no sólo el día de las elecciones, sino en una actitud cotidiana de corresponsabilidad”, manifestó el cardenal.
Ante un recinto religioso lleno a su máxima capacidad, el arzobispo primado de México manifestó que corresponde a los católicos enfrentar los problemas que se viven en el país como la violencia, la crisis económica, la falta de valores humanos, con base en los preceptos del Evangelio.
“Hay que salir al encuentro de las nuevas situaciones en la sociedad contemporánea, donde ya no se oye hablar de Cristo; es decir, los nuevo areópagos modernos de los que hablaba el Papa Juan Pablo II en su Carta Encíclica
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