Un científico mexicano trabajó en una teoría que echaba abajo la teoría de la relatividad de Einstein. Estaba tan seguro de que se lo argumentó a Einstein en persona. Esta es la historia.
En los pasillos de la Facultad de Ciencias de la UNAM,
de vez en cuando, sale durante las conversaciones, la historia de un osado
egresado de nombre Carlos Graef, de quien se dice, discutió, cara a cara,
con Albert Einstein, para tirarle su famosa teoría de la relatividad.
Las versiones sobre este espinoso encuentro giran en torno a
que Einstein terminó por correr a gritos al mexicano. También se dice que no
fue Carlos, sino otro físico mexicano, llamado Alberto Barajas, quien
increpó al genio alemán. Es decir, con los años esta historia ha
tomado matices más de rumor que de hecho sólido.
Sí hubo un mexicano que se enfrentó a Einstein
Por fortuna, hace no mucho, un físico llamado Gustavo
Arciniega, se puso a investigar y encontró que efectivamente Carlos Graef, hijo
de un alemán, fue invitado en 1944 a visitar el Departamento de Matemáticas del
Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, donde Albert Einstein trabajaba
y vivía desde 1933.
No queda claro con motivo de qué fue invitado el mexicano a
Princeton. Tal hueco en la historia hace pensar un poco que todo pudo haber
sido un plan de Einstein para llevarlo a su “guarida” y emboscarlo,
cuestionarlo, puesto que el científico sabía que Graef era uno de los dos
físicos mexicanos, que encabezados por George David Birkhoff, llevaba
algunos años cuestionando su teoría.
¡Descubre el México Auténtico a través de nuestro podcast!
¿Einstein puso una trampa a Graef?
Birkhoff, matemático norteamericano, desarrolló junto
con Alberto Barajas y Carlos Graef, la teoría de gravitación
alternativa, postura que no dejaba bien parada a la Teoría de la Relatividad
del científico alemán de origen judío. Por desgracia Birkhoff murió en 1944,
impidiendo que pudiera impulsar más su propuesta.
Sin embargo, la semilla de la duda sobre la teoría de
Einstein ya había quedado sembrada en la comunidad científica
internacional.
Bajo este contexto Carlos Graef, mexicano originario
de Guanacevi, Durango, llegó al Departamento de Matemáticas del
Instituto de Estudios Avanzados de Princeton. Durante esta visita, y sin
aviso previo, Einstein lo invitó a su casa, ubicada dentro de la misma
institución. Obviamente quería discutir con el mexicano.
Graef estaba, por supuesto, nervioso, toda vez que tendría
que exponer, ni más ni menos que a Einstein, su teoría, sin ayuda de George
David Birkhoff.
Gracias a un texto escrito por el mismo Graef, podemos saber
cómo fue aquel encuentro con Einstein:
Así fue la conversación entre Graef y Einstein
“Mi corazón latía rápidamente mientras permanecía de
pie frente al 112 de la calle Mercer en Princeton, New Jersey. Yo iba a
defender las ideas de mi fallecido amigo, el profesor Birkhoff contra aquellas
del profesor Einstein”.
Carlos Graef (CG): “Profesor, Einstein, ¿cómo
exactamente descarta esta filosofía de la naturaleza, en su opinión, la teoría
de la gravitación de Birkhoff como una explicación del Sistema Solar?”
Albert Einstein (AE): “En la teoría de Birkhoff, la causa
fundamental para la gravitación es un líquido. Su punto de vista es un
retroceso. Él regresa a una cantidad inobservable y no medible como causa de la
gravitación. Mientras que en mi teoría la masa del sol es derivada y
calculada de los movimientos de los planetas observados y medidos”.
CG: “Profesor Einstein, no creo que uno pueda desechar
siempre el regreso a viejas ideas por defecto, eso es un salto atrás. Considere
la teoría de la luz. Para Newton, un cuerpo brillante envía partículas que son
las portadoras de la energía luminosa y las cuales son las que causan la
sensación de luz cuando inciden en el ojo humano”.
Con muchas respiraciones hondas de Graef para no perder el
control y numerosos movimientos negativos de la leonina cabeza de Einstein,
ambos disertaron sobre corpúsculos, fotones, partículas de Newton, así
como la teoría de Huygens, tratado de llegar a un punto de coincidencia, pero
les fue imposible.
Al ver esto, Einstein se levantó, palmeó la espalda de
Graef, y le dijo: “usted nació rebelde. Le deseo muy buena suerte. Adiós”.
Dicho lo cual ambos se apretaron la mano con cariño.
Graef continuó trabajando en la teoría de Birkhoff al
regresar a México, pero otros deberes absorbieron su tiempo, obligándolo a
abandonarla en 1968. En opinión de algunos científicos la teoría de Birkhoff no
estaba errada, sino simplemente perdió ante la popularidad de la teoría
reinante.
No hay comentarios :
Publicar un comentario