En el banco, dirigido por Víctor Manuel Lamoyi Bocanegra, se agandallaron las utilidades, las cuales ascendieron a más menos 800 millones de pesos en el ejercicio de 2022.
Así como en este mismo espacio lo leyó hace ocho días con
Banjército, ahora, en el mejor llamado Banco del Malestar, dirigido por
Víctor Manuel Lamoyi Bocanegra, también se agandallaron las utilidades, las
cuales ascendieron a más menos 800 millones de pesos en el ejercicio de 2022.
¡Así como lo están leyendo!
Y ya ni para qué decir esta boca es mía de Luisa Alcalde, quien
por poner su bonita cara fue premiada en Gobernación sin tener, vamos, ni el 10
por ciento de experiencia que la 4T pedía. Bueno, y no está por demás
comentarles que, haciendo gala de que ellos son diferentes… ok, no, siete
miembros de su familia trabajan en el gobierno. ¿No que con ellos ya no habría
nepotismo?
Calladitos creen que se ven mejor, pero…
Increíblemente, los trabajadores del Banco del Bienestar una
vez más me buscaron para denunciar la nueva arbitrariedad que, claramente,
vulnera sus derechos laborales, y que nadie dentro de la institución bancaria
se atreve a dar una explicación. Ni al mismo Sindicato Nacional de Trabajadores
del Banco del Bienestar (Sntbabien) les han querido responder, aseguran.
“El sindicato (Sntbabien) sí metió una queja, pero no, o
sea, de todos modos, la echaron para atrás”, comentó con coraje uno de los
empleados que ha entregado más de 10 años de trabajo a la institución antes
conocida como Bansefi y quien todavía recuerda que por el ejercicio de 2018
recibió por última vez utilidades, equivalentes a 50 mil pesos.
Aquí no hay otros datos, ¡son sus datos!
La dirección general a cargo de Lamoyi Bocanegra calla ante
la solicitud de los empleados, a pesar de que en el Estado de Situación
Financiera al 31 de diciembre de 2022 del Banco del Bienestar queda plasmado
que la institución puede entregar la Participación de los Trabajadores en las
Utilidades, mejor conocido como el PTU.
Uno de los empleados, que decidió alzar la voz, me contó que
el ambiente laboral es un infierno porque, además de trabajar en promedio entre
10 y 11 horas, sin goce de pago de horas extra, no pueden cuestionar el
atropello a sus derechos porque inmediatamente los tienen “en la mira”, o de
plano les exigen renunciar, porque tampoco se puede hablar de despido con todas
las de la ley.
“Aunque no tengamos trabajo en puerta, decimos ‘si me dan mi
liquidación, vámonos, ya así’, pero, como te comento, el problema es que no
quieren pagar, no nos quieren tampoco liquidar. De hecho, en algún momento del
año pasado corrieron a mucha gente, la amenazaron, le dijeron que pues mejor
renunciara que porque ellos tenían todo solucionado para que no te pagaran, te
ibas a pasar tres años y no te iban a pagar y mucha gente optó por decir ‘ok,
te renuncio’, pero otra gente no, hubo gente que metió pleito laboral”,
sostuvo.
Esto no es nuevo, pero ¡les vale!
No está por demás recodarles que el año pasado comencé a
darle seguimiento al tema y publiqué el 18 de mayo la columna titulada Malestares
que Bienestar ya no puede ignorar, que revela la ola de despidos en la
institución y cómo estaban dejando en puestos clave a personas que no contaban
ni con la formación académica ni experiencia y cuyo perfil profesional dejaba
mucho qué desear.
“El director general dice que no es priista porque sólo es
una persona que empezó a trabajar en aquellos ayeres, pero sí se atreve a
juzgarnos a los demás por no ser morenistas o tabasqueños, no queremos ser más
que trabajadores y seres humanos, hombres y mujeres, tratados con dignidad y
respeto”, contaron a la periodista en ese momento.
Sin embargo, y a pesar de ese llamado, las cosas siguieron
la línea de vejación para los empleados, lo cual dejé documentado en una nueva
columna del 12 de octubre de 2022, bajo el título El
Banco del Congal, donde di cuenta de que, según testimonios, en un mensaje
de WhatsApp que circuló entre trabajadores de la institución se señala a Lamoyi
Bocanegra y a algunos de sus colaboradores más cercanos de sostener relaciones
sexuales “con la nómina”.
Por si no fuera suficiente, en esa ocasión otros empleados
me contaron que el covid-19, en el mal llamado Banco del Bienestar, fue tratado
como una “enfermedad general”, porque quienes se contagiaron y debían aislarse
se quedaron sin premio de prima de vacaciones y otros bonos, “porque hasta
enfermarse en el Banco del Congal está prohibido”.
Esto, a pesar de que la Ley Federal del Trabajo establece la
obligatoriedad de pagar a los trabajadores una parte de las ganancias generadas
por la actividad productiva que ofrece una empresa en el mercado, y que para
este 2023, las personas morales (empresas) tenían como fecha límite el pasado
30 de mayo, mientras que las físicas (patrones) hasta el próximo 29 de junio.
La Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet)
señala que, de no cumplir en tiempo y forma con las utilidades, las empresas y
patrones pueden hacerse acreedores a multas que van de los 50 a los 5 mil
salarios mínimos vigentes.
Ahora bien, ¿será también el responsable Arturo Herrera
y corresponsable “el fantasma de SHCP”, Ramírez de la O, de dejarlos sin sus
utilidades, alegando austeridad por la pandemia?
Amenazar es lo suyo…
Así pues, y a 15 meses de que termine el gobierno de la
llamada cuarta transformación, los trabajadores del Banco del Malestar siguen
con la incertidumbre y su lucha contra una administración quesque se
pronuncia a favor de la clase trabajadora, pero que intimida y obliga a callar
a quienes exigen respeto a sus derechos laborales.
Se ve que la máxima de “los carniceros de hoy serán las
reses del mañana”, creen que ¡jamás les aplicará!
Leído lo anterior, les vuelvo a preguntar a las corcholatas Sheinbaum,
Ebrard y López, ¿ustedes también les quitarán sus derechos laborales a los
empleados de Banjército y del Banco del Bienestar o los defenderán?
No hay comentarios :
Publicar un comentario